Miguel Rodríguez, un venezolano de 50 años que corre desde su adolescencia y que cuatro veces por semana recorre una distancia de entre 10 y 15 kilómetros por distintos espacios de Bariloche, aseguró que esa pasión le ayudó a detectar y superar un cáncer
Rodríguez está radicado hace unos años en Bariloche. En algunas ocasiones trota a lo largo de la avenida Pioneros, en los alrededores de su casa, o se interna en circuitos de cross country en los bosques de la zona.
Cada año compite en maratones en la Argentina y en los Estados Unidos así como en carreras a campo traviesa en la Patagonia.
Es diseñador gráfico y tiene clientes nacionales pero también en otros países del mundo.
Hace siete años padeció leucemia, tuvo que someterse a un duro tratamiento con quimioterapia y después a un trasplante de médula ósea.
El proceso de recuperación le llevó 1 año y 8 meses en los que no pudo correr en lo absoluto. Hasta que poco a poco comenzó a volver a su pasión. "Trotaba 1 kilómetro un día, 2 después, 3, y así hasta que regresé a la normalidad", le cuenta a Télam interrumpiendo durante unos minutos su sesión de la jornada en la que lo acompaña su perra.
La propia actividad física que realiza cotidianamente le reveló que algo no andaba bien en su cuerpo. "Salía a entrenar y no rendía, me cansaba. Entonces fui al médico, me hicieron los análisis y me descubrieron el cáncer", recuerda.
Pero la enfermedad ha quedado atrás y su físico delata una vida sana. Luce delgado, en plena forma y ágil. "Después del cáncer me hice vegetariano, complemento el ejercicio con la alimentación", detalla. (Télam)