El rito de pinchazos y contencion social de las vacunadoras de Rio Negro, Cordoba y Buenos Aires

Reflexiones como "es una tarea muy movilizante", "lo que hacemos es esperanzador" y "estamos atravesadas por la emoción y el orgullo" nutren como un mantra las respuestas que brindaron a Télam cuatro vacunadoras, quienes desde sus puestos de trabajo en Córdoba, Viedma, Mar del Plata y Berisso forman arte de la mayor campaña de inmunización de la historia sanitaria argentina.
Noelia, Belinda Vanesa y Cristina forman parte del equipo de 22.000 vacunadores, desplegados en todo el país por las provincias y CABA, que ya aplicaron 10.958.659 dosis a 8.638.944 personas -2.319.715 de ellas recibieron también la segunda dosis-, conforme al último reporte online del Monitoreo Público de Vacunación.
Saludar y recibir a cada quien, tomarle el brazo, desinfectar un parte de él con alcohol, intercambiar unas palabras, aplicarle la dosis indicada, pasar un dedo sobre el pinchazo, proteger a este con gasa y cinta adhesiva e invitarlo a esperar unos 20 minutos en otro sector para atender eventuales reacciones inmediatas.
Es ese rito, en el cual las vacunadoras y vacunadores toman contacto las esperanzas, angustias, inquietudes, alegrías y tristezas, con las historias al fin de cuentas, de quienes son convocados por el Estado para ser protegidos contra una de las peores pandemias de la historia de la humanidad.

NOELIA GÓMEZ
CÓRDOBA, PROVINCIA DE CÓRDOBA
Noelia Gómez (38 años), quien está al frente del centro de vacunaciones del Policlínico Policial de Córdoba, dice que "la gente viene con muchas dudas" y que la mayoría pregunta cómo son los posibles síntomas de la vacuna y cuándo los volverán a llamar para la segunda dosis.
Gómez, según relata, disfruta su día a día en un lugar en el que está hace tres años como enfermera profesional. "Vocación que encarné de mi mamá", aclara.
La enfermera asegura a Télam que su familia toma como "algo muy natural" su trabajo en la campaña de inmunización. Dice que "no tienen miedo" a un eventual contagio, aunque los cuidados están "todos controlados" para evitar riesgos.
La enfermera cuenta que solo algunos pocos los efectivos policiales deciden no colocarse la vacuna, y en ese caso deben firmar una declaración jurada de que no aceptaron ser inmunizados.
Desde el comienzo de la pandemia, la provincia de Córdoba registra 273.715 contagios confirmados y lleva vacunados a 901.634 de sus 3.760.450 habitantes, 690.225 con una dosis y 211.409 con las dos.
"Esta semana está muy movida, trajimos vacunas para primera dosis, entonces había bastante gente que estaba esperando", relata Noelia, quien aclara que hay "mucha ansiedad" entre la población y que quienes recibieron la primera dosis "llaman (al Policlínico Policial) insistentemente" para saber cuándo completarán su inmunización.

BELINDA PÉREZ
VIEDMA, PROVINCIA DE RÍO NEGRO
"La vacunación es una de las cosas que nos dan esperanza de concretar fehacientemente en relación a la protección de la población", reflexiona Belinda Pérez (46 años), licenciada en Enfermería, madre de dos hijos y quien trabaja desde hace 4 años en el vacunatorio del Hospital rionegrino Artémides Zatti, localizado en la capital de esa provincia patagónica.
"Antes que haya este aumento acelerado de casos, veía a esta instancia de vacunación como lo más alentador en esta pandemia que nos toca vivir como trabajadores de la salud", relata a Télam.
"Nosotros, en esta experiencia que tuvimos todo el sistema de salud, con lo que fue ponernos a prueba con esta nueva pandemia por coronavirus nos pasaron todas malas", planteó la vacunadora.
Desde el comienzo de la pandemia, Río Negro registra 69.273 contagios confirmados y lleva vacunados a 199.571 de sus 708.799 habitantes. De ellos, 149.459 recibieron una dosis y 50.112, las dos.
Consultada en cuanto a la sensación de las personas que pasan por el vacunatorio, Belinda sostiene que, una vez que los trabajadores rionegrinos de la salud fueron inmunizados, iniciar el proceso de vacunar al resto de la población "fue una experiencia emotiva".

CRISTINA JARA
BERISSO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES
"La palabra que sintetiza lo que hacemos es 'esperanza'", dice Cristina Jara, enfermera desde los 17 años de edad que trabaja en uno de los vacunatorios habilitados en la Municipalidad bonaerense de Berisso.
Jara cuenta a Télam que la población "entra llorando" cuando concurre a esos centros a ser vacunada.
"Otra -añade- te bendice y agradece; hay gente angustiada que te cuenta que desde hace más de un año no abraza al hijo o a los nietos; es un momento en el que afloran las emociones de la gente y creo que la palabra que sintetiza lo que hacemos (al vacunarla) es 'esperanza', esperanza de no morir en esta pandemia".
Desde el comienzo de la pandemia, Berisso registra 9.113 contagios confirmados y 266 fallecidos, y desde que comenzó la campaña de vacunación se inmunizaron 33.278 de sus 101.323 habitantes, 25.204 con una dosis y 8.074 con las dos.
Cristina aún se emociona al recordar a una mujer de 102 años a la que vacunó semanas atrás.
"Es -dice- la habitante más anciana de Berisso, y vacunarla a ella fue como vacunar a toda la población de Berisso, estaba divina y decía que ahora iba a poder abrazar a sus tataranietos".
"Es muy fuerte, muy movilizante vacunar, es dar un aliento de vida", sostiene la mujer que el año pasado trabajó en un centro de internación de pacientes con Coronavirus, en el edificio del Albergue Estudiantil de la Universidad Nacional de La Plata y también en la sala de terapia intensiva del hospital Larrain de Berisso, donde le tocó acompañar a varios pacientes en sus últimos minutos de vida.

VANESA CASTO
MAR DEL PLATA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Durante EL 2020, Vanesa Casco completó las capacitaciones para sumarse a la campaña de vacunación mientras cursaba el segundo año de Enfermería en el Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, y desde la última semana de febrero aplica un promedio de 50 dosis por día en el vacunatorio montado en el Museo MAR, donde cada jornada le deja alguna anécdota para contar a sus ocho hijos y a su marido.
"Hay muchas historias de vida, ves casos de gente que en su gran mayoría viene feliz a vacunarse, y también hay algunos con mala onda; hay muchos que llegan muy angustiados, asustados. A veces vienen llorando por cuestiones familiares, porque están solos, porque perdieron el turno y les avisó la vecina. Es como un desahogo, y una trata de calmarlos, de que se sientan cómodos, los informa", cuenta a Télam.
Vanesa señala que vacunó "a personas de 102 años que estaban felices", a hombres que decían "yo no quiero pero me anotó mi mujer", a gente que perdió familiares por el coronavirus, y a "muchos que entraron emocionados, porque no ven a sus nietos que por ahí viven en otra ciudad o el otro lado del mundo".
Desde el comienzo de la pandemia el municipio de General Pueyrredón, del que la ciudad de Mar Del Plata es cabecera, registra 62.197 contagios confirmados y 1.816 fallecidos, y desde que comenzó la campaña de vacunación se inmunizaron 183.368 de sus 659.462 habitantes, 156.669 con una dosis y 26.699 con las dos. (Télam)