El secretario de Política Ambiental de la Secretaría de Ambiente de la Nación, Diego Moreno, dijo hoy que “no hay indicios de una disminución de pumas y zorros” en la Patagonia y que si bien esos predadores "inciden" en el comportamiento de los roedores colilargos, su crecimiento se explica por "la superabundancia de alimento y cuestiones meteorológicas".
“La población de roedores tiene una capacidad de respuesta muy rápida ante un factor ambiental que representa alguna condición favorable para su reproducción, como la oferta de alimentos, algo que suele ocurrir, en el caso de la Patagonia, cuando florece la caña colihue”, señaló Moreno a Télam.
Para el funcionario, la cantidad de depredadores "es otro factor, pero de menor incidencia, porque la población de ratones puede crecer varias veces su número en condiciones favorables, mientras que la población de pumas, zorros y rapaces tienen ciclos reproductivos más largos y se mantiene más estables”.
No obstante, “no estamos detectando disminución de población de pumas y zorros ni a nivel país ni en la Patagonia”, precisó, contra la opinión de ambientalistas que denuncian la incidencia de la caza indiscriminada de esos animales como un factor en el aumento de ratones colilargos que transmiten el hantavirus.
El biólogo señaló además que no existe incompatibilidad entre la Ley de Fauna y leyes provinciales que incentiven la caza de zorros y pumas porque la norma nacional “no limita el uso, aprovechamiento y caza de especies silvestres, sino que lo restringe para el caso de las especies amenazadas de extinción, y regula el tránsito entre provincias y hacia el exterior de los productos que derivan de la fauna silvestre”.
Y como estos predadores del ratón colilargo “no están en extinción”, no son alcanzadas por esta norma “y son las provincias las que tienen las facultad para regular y administrar” este recurso.
El funcionario hizo hincapié en que por ser los vectores “especies silvestres que conviven con el hombre sobre todo en áreas rurales”, el factor más importante para la prevención del hantavirus son “las medidas de prevención individuales”.
Moreno explicó que la secretaría de Ambiente colabora con el ministerio de Salud y las provincias en la realización de “un monitoreo de la presencia de los virus responsables de enfermedades zoonóticas” en las poblaciones de los animales silvestres que las vectorizan “para ver cuál es el riesgo asociado al virus”, lo que en el caso de la fiebre amarilla realizan en monos desde 2015.
“En el caso del Hantavirus estamos recién comenzando a proyectar un espacio de colaboración para una mejor articulación con las autoridades ambientales de cada provincia y la provisión de equipamiento”, dijo. (Télam)