Biologo advierte sobre el impacto del negocio inmobiliario en la degradacion del arbolado publico

El biologo y filosofo del Conicet Guillermo Folguera considera que la politica del Gobierno porteño en torno al arbolado forma parte de un entramado de "cuestiones que a veces se presentan como desvinculadas".

Argentina 05 de febrero de 2022 Agencia Télam
El biólogo y filósofo del Conicet Guillermo Folguera considera que la política del Gobierno porteño en torno al arbolado forma parte de un entramado de "cuestiones que a veces se presentan como desvinculadas". Y destaca centralmente dos aspectos: uno, que en la Ciudad de Buenos Aires, al igual que en otros puntos del país, "el arbolado no representa ningún tipo de prioridad"; y el otro, que en el distrito capitalino "hay una política sistemática vinculada al negocio inmobiliario, y es importante comprender el vínculo con el extractivismo urbano".
Como parte de ese último punto, Folguera marca el pensar la ciudad en función de grandes edificios, ensanchamiento de avenidas y otras medidas en desmedro del arbolado.
Otra de las variables que suma es "la pérdida del espacio público y la calle como lugar para moverse de un punto al otro, con pérdida del espacio común".
Por último, "la cuestión de clase: cualquier pérdida de espacio verde lo es sobre todo para los sectores más bajos, porque los sectores altos lo tienen garantizado de otras maneras. Es una cuestión de clase muy marcada".
Este combo, que para Folguera se relaciona con los datos recientemente revelados sobre el alto porcentaje de mortandad entre árboles plantados en los últimos años, se vuelve explosivo en un contexto de crisis climática, pero –cuestiona- no se analizan como parte de un mismo fenómeno.
"El incremento de la temperatura no se conecta con qué significa el árbol como agente biológico fundamental para bajar la temperatura y absorber carbono. No hay una comprensión, se buscan salidas ingenieriles o tecnológicas en vez de ecosistémicas. Y en el fondo esto tiene que ver con la ideología de que los espacios públicos no son para vivir sino medios para generar dinero. La vereda o la plaza no están siendo consideradas como lugar de vida", sostiene.
"Los árboles absorben dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global, a la vez que liberan oxígeno. Además, son filtros para contaminantes como el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno, ozono y de sulfuro; aumentan la biodiversidad urbana y contribuyen a la regulación térmica con lo que pueden reducir la necesidad de aire acondicionado en un 30%. Los espacios verdes y el arbolado son una gran herramienta para moderar, amortiguar o mitigar los efectos del cambio climático, convirtiéndose su importancia en un tema de salud pública", plantea la legisladora del Frente de Todos Laura Velasco, quien este año volverá a presentar un proyecto para modificar la Ley 3263 de arbolado público urbano "para que haya mayores controles y cuidados sobre el arbolado de la ciudad y nuevas plantaciones, principalmente en barrios populares donde existe un gran déficit -en villa 20, hay apenas 1 ejemplar cada 80 personas-, entre otras medidas".
Tras la difusión de los relevamientos sobre mortandad de árboles, Velasco presentó la semana pasada un pedido de informes para que el Ejecutivo porteño explique cuántos árboles plantó y cuántos se secaron en Parque Tres de Febrero y Costanera Sur, si existe un diagnóstico sobre los motivos, si esos ejemplares serán reemplazados, qué presupuesto se destina a su manutención, entre otras cuestiones. (Télam)
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