Uno de los guardias tomado de rehen dice que no es un heroe y que hizo lo que tenia que hacer

Uno de los guardias tomado de rehen durante el motin de Sierra Chica, cometido durante la Semana Santa de hace 25 años, dijo hoy que no se considera un "heroe" sino que hizo "lo que tenia que hacer" cuando se entrego a los "Doce Apostoles" a cambio

Argentina 01 de abril de 2021 Agencia Télam
Uno de los guardias tomado de rehén durante el motín de Sierra Chica, cometido durante la Semana Santa de hace 25 años, dijo hoy que no se considera un "héroe" sino que hizo "lo que tenía que hacer" cuando se entregó a los "Doce Apóstoles" a cambio de que liberaran a un compañero herido, y que no se arrepiente "de nada" a pesar de que lo que vivió fue "como estar en un campo de concentración".
"Yo no fui tomado de rehén sino que me ofrecí de intercambio por un compañero que estaba herido", aclaró Jorge Kröhling, apodado "Canguro", en diálogo con Télam desde su casa en la localidad bonaerense de Olavarría.
El expenitenciario recordó que, al momento del motín, había en el penal de Sierra Chica entre 800 y 900 internos, y que él hacía ocho años que trabajaba allí y que tenía dos hijos pequeños, una nena y un varón, quien en la actualidad es guardiacárcel como él y como lo fue su padre también.
"Una semana antes del motín le dije a uno de los jefes que se estaba pudriendo todo y me respondió ´vos ves fantasmas en todos lados´", relató y agregó que el motín comenzó porque, "en realidad, ellos (por los Doce Apóstoles) se habían querido escapar pero les salió mal".
"Como tenían miedo a las represalias, se amotinaron. Después sí se acordaron de las cuentas pendientes con la banda rival e hicieron un desastre. El problema era con esos internos, no con los guardias; nosotros los tratábamos bien", indicó.
Para Kröhling, durante los días que duró el sangriento motín, "los internos tuvieron muchas suerte porque había francotiradores de todas las fuerzas con miras telescópicas, pero no estaban dadas las condiciones para que intervinieran porque iban a morir los rehenes y una infinidad de presos".
"Nosotros les decíamos 'muchachos, estos no da para más', y se entregaron porque ya nos les quedaba comida ni droga", explicó.
Respecto del momento en que lo liberaron, describió que los presos los "aplaudían" y que él se llevó envuelto en un pulóver una de las facas utilizadas por los Doce Apóstoles para arremeter contra sus víctimas, la cual conserva aún en su casa de Olavarría.
Para el exguardia, todo lo que él vivió durante el motín "fue como estar en un campo de concentración", aunque reconoció que, "a los quince días", ya estaba "trabajando de nuevo en el penal".
Kröhling hizo una carrera de 29 años en el Servicio Penitenciario Bonaerense y se retiró en Sierra Chica, donde se crió, hace tres y medio.
"Nunca me consideré un héroe. Héroes son los combatientes de Malvinas. Yo fui un buen compañero, hice lo que tenía que hacer. No me arrepiento de nada y lo volvería hacer", concluyó el penitenciario retirado, quien fue condecorado por el servicio por su actuación en el motín. (Télam)
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