Denuncian inaccion de la Justicia en una denuncia contra Martinez por el abuso de una adolescente

Una expareja del policia Matias Ezequiel Martinez, detenido por el femicidio de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas, apunto hoy contra la Justicia al asegurar que no se tomaron medidas en una causa en la que el mismo acusado esta

Argentina 11 de febrero de 2021 Agencia Télam
Una expareja del policía Matías Ezequiel Martínez, detenido por el femicidio de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas, apuntó hoy contra la Justicia al asegurar que no se tomaron medidas en una causa en la que el mismo acusado está imputado del abuso sexual de su sobrina, y contó que también ella sufrió violencia de género de su parte, ya que se trata de una persona que "siempre tuvo una visión despectiva hacia la mujer".
Se trata de Florencia -su apellido se resguarda para preservar a la víctima del abuso-, quien también es agente de la fuerza de seguridad provincial y es tía de una adolescente que denunció haber sido abusada sexualmente por Martínez (25) en abril del año pasado mientras residía en la ciudad bonaerense de 9 de Julio.
Hasta allí había sido trasladado el ahora imputado de femicidio de Úrsula luego de recibir una denuncia de otra joven con la que estuvo en pareja.
"Tuve una relación de un año y medio con él en la que sufrí violencia de su parte, física y psicológica. Al principio decía que en sus relaciones anteriores las mujeres eran las locas, las que lo perseguían, que le hacían causas", explicó la mujer en diálogo con radio La Red y con el canal de noticias TN.
Florencia relató que sus superiores tenían conocimiento "de otras causas suyas y del maltrato a sus compañeras": "Es una persona así, un machito con las mujeres, las maltrataba verbalmente", aseguró.
Además, la policía contó que su sobrina, que padece "un retraso madurativo de un año", fue víctima de un abuso a manos de Martínez el 1 de abril del 2020, y que "sufrió todo tipo de hostigamiento por parte de él, que la amenazaba continuamente para que no hablara".
"Recién nos enteramos el 24 de junio, cuando la nena pudo hablar, pero por el tema de la pandemia se atrasó la cámara Gesell, que se la hicieron recién el 22 de diciembre en Mercedes", relató respecto de ese hecho.
Allí, la denuncia de la adolescente fue corroborada por dos psicólogas, tras lo cual su familia entregó el teléfono celular de la víctima a la Justicia para que fuera peritado.
El 29 de diciembre, una vez realizadas las primeras diligencias, el fiscal Sebastián Villalba le solicitó al juez Guillermo Oliva que aprehendiera a Martínez "porque había pruebas suficientes", pero "el juez dijo que no, que todavía no había apuro para detenerlo", aseguró Florencia.
"A mi cuñada (la madre de la adolescente) le dijo que después de la feria judicial se iban a tomar medidas, y ayer ella se comunicó con la fiscalía pero le dijeron que el 6 de enero el fiscal nuevamente pidió la detención y hasta el lunes último el juez todavía no había dado respuesta", siguió.
Florencia aseveró que "los jueces se tomaron vacaciones y le dieron vacaciones a él para que siguiera haciendo lo que quería, impunemente".
La mujer reveló que el lunes último, horas antes de ser asesinada, Úrsula (18) se comunicó con ella porque "quería aportar pruebas, capturas de mensajes y chats" que podían servir para la denuncia de abuso de su sobrina, y agregó que al día siguiente iba a contactarse con el fiscal Villalba para presentarlas.
"Me comentó que sufría violencia hacía siete meses en la relación que tenía con Martínez, yo la escuché muy nerviosa, angustiada y con mucho miedo, traté de aconsejarla, en varias oportunidades le dije que no le tuviera miedo, que se refugiara en su familia y amigos, y que tratara de que le aceleren lo del botón antipánico", recordó sobre su diálogo con Úrsula.
Cuando se enteró del femicidio de la joven, Florencia dijo que se sintió shockeada y bloqueada: "Me largué en llanto, volví a sentir lo mismo, mucho dolor, porque el día que me enteré que estaba en pareja con Úrsula pedí que hubiera cambiado y que ella no tuviera que pasar ciertas cosas", afirmó.
"Me sentí mal porque me vi en ella y pude ponerme en su lugar, lo veía en imágenes, de estar yo en el lugar de ella y verle esos ojos fríos que ponía al pegarte, vacíos, llenos de odio, sin ningún tipo de remordimiento", se lamentó.
"No puedo dejar de pensar en la situación de ella, en cómo sufrió y en todo lo que pasó con esta bestia, si hubiese sabido antes habría hecho algo, advertirla, aconsejarla, porque yo sabía que él en cualquier momento iba a llegar a hacer esto, muchas veces le dije que fuera a un psicólogo, pero me decía 'no estoy loco, las locas son ustedes'", concluyó. (Télam)
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