Kirchner y la construccion de la unidad latinoamericana

Articulador indispensable del eje progresista suramericano, el expresidente, Nestor Kirchner, fue protagonista, junto a sus pares de Venezuela, Hugo Chavez, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, del impulso de estrategias

Política 24 de mayo de 2023 Agencia Télam
(Por Juan Martín Porto) Articulador indispensable del eje progresista suramericano, el expresidente, Néstor Kirchner, fue protagonista, junto a sus pares de Venezuela, Hugo Chávez, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, del impulso de estrategias de emancipación y autonomía respecto de las potencias, materializado en el estímulo de organismos de integración regional como la Unasur, Celac y el Mercosur.
Ya durante la campaña que lo llevaría a la Casa Rosada y fiel a una tradición histórica del peronismo, Kirchner dejó ver su impronta latinoamericanista, algo que enseguida notaron otros líderes regionales como el socialista Ricardo Lagos (Chile) y el propio Lula, quienes le brindaron públicamente su respaldo para esa contienda electoral.
Fue a ellos a quienes les había adelantado su intención de priorizar un Mercosur integrado económica y políticamente frente al Área de Libre Comercio de Las Américas (ALCA) patrocinada por Estados Unidos.
Por tradición ideológica pero también por visión geopolítica, Kirchner provocó un brusco giro en la política exterior que desde hacía una década venía caracterizándose por el alineamiento automático con EEUU y puso a la región, y en particular a las relaciones bilaterales con Brasil y Venezuela, en el centro de la agenda internacional.
El nuevo ciclo político que Kirchner inició hace 20 años abogó y profundizó en la idea de llevar adelante una política exterior que ampliara los márgenes de autonomía.
Por esos años también otros países de la región atravesaban procesos de recambio político con el surgimiento de líderes de izquierda o de corte progresista tras dos décadas caracterizadas por las crisis económicas e institucionales resultantes de la implementación del Consenso de Washington y las recetas neoliberales impuestas por el FMI.
"Nuestra prioridad en política exterior será la construcción de una América Latina políticamente estable, próspera y unida con base en los ideales de democracia y justicia social", dijo Kirchner en su discurso ante la Asamblea Legislativa el 25 de mayo de 2003, una definición que marcaría su apuesta a la integración, una voluntad que tendría continuidad en las dos presidencias de Cristina Fernández.
La Cumbre de la Américas celebrada en Mar del Plata en 2005 fue escenario del primer gesto de unidad regional y autonomía: en aquel momento, el "No al ALCA" fue impulsado por Kirchner, Lula, Chávez, el uruguayo Tabaré Vázquez y el paraguayo Nicanor Duarte Frutos.
En ese encuentro, Kirchner coordinó con Lula y Chávez una estrategia para dar por tierra con la pretensión de la gestión de George W. Bush de imponerle a la región un proyecto de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego.
La política de unidad latinoamericana sumaría luego la activa adhesión de Evo Morales (Bolivia), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador) y Fernando Lugo (Paraguay).
En todo momento, Kirchner buscó que la unidad política de la región se plasmara en acuerdos concretos.
Así impulsó convenios comerciales, productivos y financieros en la región (Mercosur Unasur y Celac).
Como Lula y Chávez, Kirchner pronto advirtió que la integración de América Latina y el Caribe requería de un marco institucional que proyectara su permanencia en el tempo más allá de los ciclos políticos por venir en esos países.
Con ese objetivo nació la Unasur, en el que estuvieron representados todos los países de región, incluidos aquellos con gobiernos considerados de derecha: allí estuvieron también el colombiano Álvaro Uribe Vélez, y el chileno Sebastián Piñera, por ejemplo.
El 4 de mayo de 2010 Kirchner fue elegido como primer secretario general de la Unasur, desde donde trabajó para hacer de ese organismo una herramienta fundamental para la integración, y defender la estabilidad democrática y la paz en toda la región.
La Unasur fue clave para frenar los intentos de golpe de Estado en Bolivia, contra Evo Morales, y en Ecuador, contra Rafael Correa, y evitó un inminente conflicto armado entre Colombia y Venezuela.
Como titular de Unasur, Kirchner aplicó el mismo perfil integracionista y de constructor de consensos que tuvo desde el inicio de su gestión presidencial.
Junto a Lula, y a solo cinco meses de haber sido electo, firmó el "Consenso de Buenos Aires", una batería de acuerdos políticos y productivos tendientes a revitalizar y profundizar al Mercosur, perfilándolo de mayor carácter político y de integración sociocultural y no solo comercial.
Bajo esa premisa, se promovió la creación del Parlamento del Mercosur (Parlasur), como espacio de representación popular para el fortalecimiento del bloque, propiciando la participación social y política en el mismo.
Estas y otras acciones hicieron que los jefes y jefas de Estado de Sudamérica le encomendaran a Kirchner el enorme desafío de institucionalizar la Unasur y cumplir con lo acordado en su tratado constitutivo: "Construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos".
En tan solo cuatro meses luego de haber asumido, logró que los gobiernos de Colombia y Venezuela desescalaran la tensión acumulada durante años y firmaran el "Acuerdo de Santa Marta", que significó el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la creación de comisiones de trabajo binacionales para evitar cualquier posibilidad de conflicto bélico entre esas naciones.
Ese mismo año Kirchner promovió la constitución de la Secretaría Técnica en la República de Haití; luego de la catástrofe humanitaria ocasionada por el terremoto del 2010 en ese país, y a pesar de ubicarse Haití afuera del espacio geográfico de Unasur, la mirada de cooperación alcanzó a la nación del caribe.
La Secretaria Técnica canalizó y centralizó el apoyo humanitario de la región de acuerdo a las necesidades específicas y expresas del pueblo haitiano.
Años después del fallecimiento de Kirchner, el pueblo haitiano le reconoció su gestión al llamar el principal hospital construido con posterioridad al terremoto: Hospital Néstor Carlos Kirchner.
Como secretario general, Kirchner acompañó la iniciativa del entonces presidente chileno, Sebastián Piñera, de incorporar al tratado constitutivo de la Unasur la "Cláusula Democrática" del organismo, que impone sanciones a cualquier Estado parte que quebrara la democracia.
Kirchner promovió y firmó el acuerdo para crear el demorado Banco del Sur, anunciado como mecanismo de financiación para el desarrollo productivo y que tenía como objetivo permitir que la región pudiera reemplazar o complementar el rol de organismos financieros como el FMI y el Banco Mundial.
También impulsó la Política Inmigratoria Suramericana, la libre circulación por 90 días en cualquier país miembro del bloque presentando el documento que lo acredite como suramericano.
Estas propuestas no llegaron a ponerse en práctica por distintas razones: en el caso del Banco del Sur el propio Lula se lamentó en tono autocrítico, en una entrevista que concedió a Télam en diciembre de 2021, que durante el ciclo de gobiernos progresistas de la primera década del siglo se podría haber hecho más por su implementación.
"Podríamos haberlo creado y, lamentablemente, no lo hicimos", dijo entonces el brasileño.
La muerte de Kirchner el miércoles 27 de octubre de 2010 dejó en evidencia, entre otras cosas, el reconocimiento al expresidente de buena parte de sus pares de la región, quienes llegaron a Buenos Aires para asistir a su despedida.
"El legado de Néstor Kirchner no será olvidado jamás, pues dejó profundos cambios en la vida, no sólo de los argentinos, sino también en la de todos los pueblos de América Latina", sintetizó Lula, en una carta pública, en 2015.
(Télam)
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