El detenido ex secretario privado de Cristina Kirchner, Isidoro Bounine, fue trasladado hoy a los tribunales federales de Retiro para ser indagado en la causa por los cuadernos de la corrupción, luego de que un arrepentido lo vinculara con la trama de lavado de dinero proveniente del pago de sobornos.
Bounine será indagado con el patrocinio del abogado Diego Richards, luego de que el nuevo arrepentindo en la investigación, el ex ministro de Economía de Santa Cruz Juan Manuel Campillo, dijera que el ex secretario lo contactó para que asesorase al fallecido Daniel Muñoz con operaciones inmobilliarias en Estados Unidos y empresas off shore, según explicaron fuentes judiciales.
El ex secretario de Cristina Kirchner aceptaría hablar ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Rívolo, según fuentes de su defensa.
Bonadio ordenó además trasladar desde la cárcel a la viuda de Muñoz, Carolina Pochetti, que ampliaba este mediodía su indagatoria, y a otro arrepentido del caso, el financista Ernesto Clarens, para el mismo trámite.
Pochetti llegó esposada y con casco al juzgado de Bonadio, en el cuarto piso de Comodoro Py 2002.
Campillo logró homologar su acuerdo como imputado colaborador y pidió la excarcelación, que tendrá que resolver Bonadio.
En su declaración, sostuvo que Bounine lo llamó para presentarle a Muñoz y pedirle asesoramiento en operaciones vinculadas a venta de propiedades en el exterior y constitución de sociedades off shore.
Por ello, dijo que Bounine le pagó en efectivo unos 200.000 euros como honorarios.
"Cuando la cosa tomó ribetes de mamarracho yo me fui. Al doctor Kirchner le hubiese firmado una sentencia de muerte, pero a ella no", dijo Campillo en referencia a Cristina Kirchner.
Campillo fue ministro durante la gobernación del fallecido ex presidente en Santa Cruz y después presidió el Oncca a nivel nacional, hasta que dejó la función pública, algo que vinculó a su falta de "obsecuencia" para con la actual senadora.
Si bien no vinculó de manera directa las maniobras de lavado de activos de Muñoz y su entorno con la figura de los ex presidentes, Campillo analizó que "los secretarios nunca cesaron en sus funciones, y por discreción podían dejar de decir que los mandaba tal o cual persona"
"Luego de haber cesado en sus funciones todos siguieron trabajando con el matrimonio Kirchner", dijo.
Campillo recordó que cuando recibió el llamado de Bounine pensó en un principio que "era la doctora Kirchner" la que podía estar llamándolo, pero siempre dijo que sus contactos y reuniones fueron con Muñoz. (Télam)