Este domingo, miles de simpatizantes del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro invadieron el Congreso, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial de Planalto, sedes de los poderes en Brasilia. Hubo numerosos destrozos en medio de una protesta contra el presidente Lula Da Silva, quien posteriormente condenó el hecho y ordenó una intervención de Brasilia. La policía detuvo al menos a 150 manifestantes y recuperó el control de los edificios.

Tras lo acaecido, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se expresó en sus redes: “Rechazo totalmente cualquier intento de golpe institucional en Brasil. Debemos defender el sistema democrático, pues la libertad de elección es uno de sus pilares fundamentales”.