Entrevista GLP. Alberto Asseff analizó la situación económica: "La inflación carcome y envenena los ingresos"

Escuchá la entrevista exclusiva de GRUPOLAPROVINCIA.COM con el diputado nacional Alberto Assef.

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Días difíciles vive el país social y económicamente hablando. Se conocieron días atrás los índices de inflación, los más altos en los últimos 20 años. ¿Qué balance puede hacer de esta situación que le toca atravesar a la Argentina?

Sin dudas que los desajustes que vive nuestra economía, suele decirse macroeconomía para hablar de las variables de inflación, déficit, emisión monetaria, son alarmantes. Y lo peor del caso es que siguen tomando aspirinas, a lo mejor algún antibiótico, pero ni remotamente se apela a lo que hay que hacer que es cirugía mayor.

La cirugía mayor que hay que hacer es sobre el gasto público. Hay muchísimo sectores donde sin afectar ningún plano esencial o vital de la sociedad, educación, seguridad ni ningún otro aspecto que tiene que ver con servicios públicos esenciales, se podría actuar y no hay decisión de hacerlo.

La situación de los desequilibrios que tiene la economía argentina no solamente se mantiene sino que tienden a agravarse. Ahora con la notoria escualidez de nuestras reservas en el Banco Central, que simplemente alcanzan para un mes y medio en importaciones. Sabemos que las importaciones más allá de que pueda haber alguna especulación son vitales para mantener el ritmo de la industria y también en muchísimos sectores que necesitan insumos importados, porque nadie se autoabastece, ni siquiera la economía más poderosa del mundo.

“La situación de los desequilibrios que tiene la economía argentina no solamente se mantiene sino que tienden a agravarse”

Estamos en una situación crítica. El caos del gasoducto de Vaca Muerta – Saliquelló prueba largamente la improvisación y hasta la falacia con que nos están gobernando. Se hablaba de que ya estaba todo y el gasoducto no estaba ni siquiera empezado. Y eran avisos de la Presidencia de la Nación.

Están perdiendo otra de las condiciones o requisitos fundamentales de un gobierno: que su palabra sea creída como auténtica, como válida. Estamos en una situación extremadamente difícil.

Y socialmente, las personas que trabajan se van deteriorando. La inflación los carcome, envenena los ingresos. Y los que tienen un plan y no tienen ninguna condición para poder ejercer un trabajo, porque no hay ninguna política de capacitación laboral ni entrenamiento ni preparación para el trabajo, todos son palabras huecas, sin asidero…

Lo cierto es que el panorama es muy complejo, más la deuda interna en pesos que es una bomba atómica que va a ser muy difícil desactivar, porque estamos frente a una deuda que ahora se ha atado a la inflación y/o al valor del dólar. Imagínese lo que va a significar el vencimiento de esta deuda que se logró prorrogar hasta después de las elecciones del 2023, pero antes de la entrega del poder. Están entregando el poder el 10 de diciembre del 2023 con una bomba a punto de estallar.

En este contexto mucho se habla de Sergio Massa. ¿Puede ser un salvador o es, como el mismo se caracteriza, “un humilde servidor”?

Yo no creo que sea ni salvador ni humilde servidor. Es simplemente una persona que apela al marketing permanentemente y que ese marketing tiene un límite que se va agotando rápidamente, que es el límite de la realidad.

“No existe una sola propuesta clara de que va a haber una reducción del déficit fiscal”

La prueba más evidente de esto es que ya lleva 14 días en el ejercicio de su cargo y la única medida que anuncio es castigar a la clase media con los aumentos de tarifas, sabiendo que ese sinceramiento de los valores de los servicios públicos era inevitable; pero lo hacen exclusivamente porque va a afectar al sector que ya lo tienen electoralmente en contra.

Después no hay ninguna otra medida efectiva. No existe una sola propuesta clara de que va a haber una reducción del déficit fiscal. Una auditoría ha prometido para los planes sociales, pero los planes sociales ahí siguen. Y los movimientos sociales se envalentonan porque hay tanta disconformidad social que es fácil salir a protestar.