El gobierno de Brasil admitió hoy públicamente que perdió fuerza la fugaz idea de autorizar la instalación de una base militar de Estados Unidos en su territorio, una posibilidad que según la prensa local produce “urticaria” a los generales del gigante sudamericano.

“No veo cuál sería el motivo de instalar una base como esa”, declaró el ministro de Defensa de Brasil, el general retirado Fernando Azevedo e Silva, en una declaración publicada hoy en el diario Valor Económico.

El domingo pasado, el diario O Estado de Sao Paulo publicó declaraciones del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, quien reveló que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le ofreció a su país instalar una base militar en territorio brasileño.

"Estamos satisfechos con la oferta del presidente Bolsonaro; confío en que vamos a continuar dialogando de muchos temas con Brasil mientras el nuevo gobierno asume el país; esto es algo que deseamos muchísimo", dijo Pompeo.

Pompeo fue el 1 de enero pasado el representante del presidente Donald Trump en la asunción de Bolsonaro, quien en una entrevista al canal SBT ya había adelantado que estaba abierto a que Estados Unidos abriera una base militar en Brasil, como contracara al apoyo militar ruso que recibe la vecina Venezuela.

Pero la iniciativa fue recibida con resquemores en los círculos castrenses de Brasil, de acuerdo con comentarios publicados en los días siguientes por la prensa brasileña.

Incluso, en Folha de Sao Paulo apareció el lunes un artículo en el que se aseguró que Bolsonaro prometió a los militares que no se autorizará la instalación de ninguna base estadounidense durante su mandato, en un mensaje transmitido a las autoridades castrenses por el ministro de Defensa.

La hipótesis de contar con una unidad estadounidense en su territorio causa "urticaria" en algunos uniformados, escribió el matutino paulista.

El ministro Azevedo e Silva se pronuncio hoy públicamente sobre el asunto y señaló que se trata de una cuestión “muy compleja” que aún no analizó en detalle con Bolsonaro.

Se trata de un tema que necesita ser tratado con "claridad", por su complejidad y "no veo cuál sería el motivo de instalar una base como esa”, puntualizó el ministro.

Por lo pronto, siguió, "no se sabe qué tipo de base será, ¿será una base de apoyo logístico? ¿una base de material?”, preguntó.

En sus declaraciones de la semana pasada, Pompeo también había confirmado que existe una negociación para llegar a un acuerdo bilateral para que Estados Unidos pueda usar la base espacial brasileña de Alcántara, en el estado de Maranhao, en el noreste del país.

"Estamos muy interesados y se está negociando un acuerdo de salvaguardas tecnológicas con Brasil, que liberará una licencia para lanzamientos de vehículos espaciales y satélites de Estados Unidos", dijo.

Al margen de este asunto, los brasileños siguen pendientes de los pasos que da el gobierno de Bolsonaro en relación con la marcha de la economía, área en la que se esperan debates sobre profundas reformas.

Hoy, el ministro de Infraestructura, Tarcísio de Freitas, aseguró que el gobierno evalúa privatizar o liquidar un centenar de empresas estatales hasta 2022, en el marco de sus planes para reducir el tamaño del Estado.

"Obviamente, no estamos hablando sólo de privatizaciones, sino también de liquidaciones de empresas que no tienen tanto sentido", declaró el ministro en una entrevista concedida a la radio CBN.

De Freitas no quiso detallar cuáles empresas podrían estar incluidas en esos planes, pero dijo que el gobierno asumido el pasado 1 de enero hará un "mapa" de la situación de las cerca de 150 estatales que dependen directamente del Ejecutivo, y sus subsidiarias. (Télam)