Samper: No hay voluntad politica en Colombia de aplicar todo el plan de paz con las FARC

El ex presidente de Colombia y ultimo secretario general de la Union de Naciones Suramericanas , Ernesto Samper, afirmo que las FARC han cumplido con los compromisos asumidos en el acuerdo de paz de La Habana de 2016 y

Mundo 14 de marzo de 2020 Agencia Télam
El ex presidente de Colombia (1994-1998) y último secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur, 2014-2017), Ernesto Samper, afirmó que las FARC han cumplido con los compromisos asumidos en el acuerdo de paz de La Habana de 2016 y señaló que el que no ha honrado el acuerdo es el Gobierno colombiano.
En una entrevista con Télam, el ex mandatario colombiano lamentó que el presidente Iván Duque, se muestre dubitativo en la aplicación de los acuerdos y criticó a los terratenientes y grupos de derecha que apoyan al gobierno por impedir el pleno cumplimiento del pacto.

Tèlam- ¿Cómo evalúa la actuación del actual gobierno de Colombia tras la firma de los acuerdos de paz?
Samper- El presidente Duque está en una posición absolutamente dubitativa. Si bien ha desarrollado algunos aspectos importantes de los acuerdos -como el tema de los planes de desarrollo territorial en las zonas de violencia- y ha incentivado los proyectos productivos para la gente de las FARC que se desmovilizó, ha dejado abandonados tres componentes de los acuerdos que son su razón mínima: el tema de las tierras, la sustitución social de los cultivos ilícitos y la cuestión de las víctimas.
T- ¿Se han restituido a los campesinos las tierras apropiadas?
S- La gente de las FARC se desmovilizó después de 50 años de conflicto armado precisamente porque su lucha nació de la reivindicación en materia de tierras, y hasta el momento no se ha hecho una sola concesión en materia de reparto, titulación, ni restitución de tierras que fueron apropiadas por paramilitares en la época de la violencia.
T- ¿Por qué el gobierno demora ese paso?
S- Porque no hay voluntad política. Si algún tema no le interesa a los socios políticos del presidente -que son la mayor parte terratenientes o grupos de derecha que han hecho de la tierra su condición patrimonial- (al Gobierno) no le interesa.
T- ¿Cuál es la novedad del acuerdo de La Habana respecto a los diálogos de paz mantenidos con el ELN (Ejército de Liberación Nacional) durante su mandato presidencial?
S- El acuerdo con el ELN partía de la base de la necesidad de la humanización previa del conflicto. Primero sacamos a la población civil inocente y luego nos sentamos a negociar. Eso no se hizo con las FARC y nos costó. La otra diferencia es la participación de la sociedad civil. Parte de las dificultades de los acuerdos de La Habana es que no se convocó a la sociedad civil. Entonces, cuando se convocó el plebiscito (en el que se impuso el No), la gente pensaba que eso no tenía nada que ver con ellos, que era un proceso de paz que había hecho el gobierno con las FARC.
T- Cuál cree que es el mayor éxito de este acuerdo?
S- Desde el punto de vista de la paz, sea la ausencia del enfrentamiento armado, los resultados son espectaculares. Que haya 12.000 combatientes que han entregado sus armas, a razón de 1,8 armas por combatientes, es mucho más que lo que se ha entregado en cualquier otro proceso de paz. Las FARC cumplieron, la verdad es que las FARC cumplieron con sus acuerdos, se movilizaron, entregaron las armas, se concentraron en centros de reintegración, se convirtieron en partido político y de alguna manera han estado buscando la manera de sobrevivir productivamente dejando las zonas de reintegración. Solicitaron su amnistía. Yo diría que en este proceso lo más significativo es que las FARC han cumplido y lamentablemente la mayor parte de los incumplimientos han ocurrido por parte del Gobierno.
T- ¿El incumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno pone en riesgo el proceso?
S- Sí. No en el sentido de que la gente que ya se desmovilizó regrese al monte. Pero sí, de alguna manera, le da razón a sectores de la disidencia de las FARC que están operando en antiguas zonas de violencia o para nuevos grupos de conflicto para seguir conminando a la lucha armada.
T- ¿Teme que esos grupos revivan un conflicto a escala nacional?
S - En Colombia hay gente a la que le interesa la guerra por razones económicas, políticas o ideológicas. Yo diría que es una minoría, pero es una minoría que tiene un poder disruptivo muy fuerte. Hay cuatro o cinco zonas del país en las cuales de alguna manera se está recomponiendo el conflicto, son pequeños focos metastásicos a nivel regional pero podría ser a nivel nacional. (Télam)
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