El gobierno chavista de Venezuela recibió nuevas presiones de la oposición, que aprobó la reincorporación del país al TIAR; de Estados Unidos, que le advirtió que tiene un “plazo inmediato” para que el presidente Nicolás Maduro deje el poder, y del Grupo de Lima, que propuso investigar sus vínculos con otros gobiernos de la región, al cumplirse hoy seis meses de la asunción de Juan Guaidó como mandatario interino designado por el parlamento.

La Asamblea Nacional (AN), el parlamento con mayoría antichavista, aprobó el regreso de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que obliga a todos sus firmantes a responder en el caso de que alguno de ellos sufra una agresión.

El TIAR, creado en 1947, fue suscripto por solo 24 de los 35 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), incluido Estados Unidos, y seis de aquellos -entre ellos, Venezuela, en 2012, bajo el gobierno de Hugo Chávez- renunciaron luego.

La AN realizó su sesión de hoy en la calle -en la plaza Alfredo Sadel, del barrio Las Mercedes-, para celebrar los seis meses del momento en que su presidente juró como mandatario encargado.

“Vamos a hacer lo que tengamos que hacer para rescatar a Venezuela”, afirmó Guaidó ante una cantidad regular de simpatizantes, y remarcó que en lo que va del año murieron 61 personas como consecuencia de la represión de protestas y 57 diputados son “víctimas de persecución judicial”.

El mandatario interino había convocado para hoy a movilizaciones callejeras en todo el país para conmemorar su asunción en ese cargo y repitió el llamado para el viernes próximo.

Paralelamente, el encargado de Latinoamérica de Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone, sostuvo que “es el momento” de que su país y los miembros del Grupo de Lima “ofrezcan una salida a Maduro en un tiempo definido” y advirtió que si ello no ocurre, las sanciones al chavismo “se van a endurecer mucho, mucho más”.

“Ese plazo es inmediato y ya lo hemos comunicado indirectamente a Maduro, con personas en quienes él confía; es mucho más corto que el fin del año”, dijo Claver-Carone en una entrevista con la agencia de noticias EFE.

Mientras tanto, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, ratificó que miembros de su gobierno se comunican “activamente” con “representantes de los círculos políticos de Venezuela”, tal como lo había revelado hace más de una semana el vicecanciller, Serguéi Riabkov.

“Incluso los representantes de Guaidó tratan de contactarnos; les explicamos que son inaceptables los intentos de resolver los problemas internos provocando la injerencia desde el exterior”, agregó Lavrov, según la agencia noticiosa rusa Sputnik.

Rusia es el principal aliado internacional del chavismo pero apoya el proceso de negociación que los dos sectores en pugna en Venezuela llevan adelante en Bridgetown, Barbados, bajo el auspicio del gobierno de Noruega.

Ese diálogo -del que se realizaron dos rondas en Oslo, en mayo, y otras dos en Bridgetown, en las últimas dos semanas- se detuvo imprevistamente después de que ambas partes se comprometieran a retomarlo esta semana y de que la cancillería noruega manifestara por primera vez su “esperanza” en los resultados.

Tres fuentes políticas venezolanas consultadas hoy por Télam respondieron brevemente que las negociaciones continuarán pero evitaron comentar los motivos por los cuales aún no se reanudaron.

En ese contexto, los cancilleres de los países miembros del Grupo de Lima, reunidos hoy en Buenos Aires, acordaron enviar a la Corte Penal Internacional (CPI) el informe sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela publicado este mes por la U e impulsar una “amplia investigación” del apoyo dado al chavismo por gobiernos y organizaciones políticas de la región.

No obstante, ni la declaración del encuentro ni los cancilleres argentino Jorge Faurie y peruano Néstor Popolizio, voceros del grupo en la rueda de prensa posterior a la reunión, se refirieron al proceso de Bridgetown. (Télam)