El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, se comprometieron hoy a firmar el tratado de paz pendiente desde la Segunda Guerra Mundial, pese a que no parecieron acercar posiciones en el litigio por las islas Kuriles, el motivo central de las diferencias bilaterales.
Putin y Abe se reunieron a solas en Moscú y después, al hablar juntos ante la prensa -aunque no aceptaron preguntas-, ratificaron el interés compartido por encontrar una solución para las cuatro islas, actualmente en poder de Rusia.
"Tenemos por delante un arduo trabajo para crear las condiciones necesarias y lograr una decisión mutuamente aceptable", remarcó Putin.
Según la agencia EFE, no hubo referencia a una posible entrega de alguna de las cuatro islas Kuriles del Sur -Iturup, Kunashir, Habomai y Shikotan-, en poder soviético y después ruso desde el fin de la Segunda Guerra y reclamadas desde entonces por Tokio, donde se conocen como Territorios del Norte.
"En la reunión en Singapur nos comprometimos a enmarcar el proceso negociador en la Declaración Unión Soviética-Japón de 1956", señaló Putin sobre el encuentro celebrado por ambos en noviembre pasado, y reseñó que ese documento contempla, "en primer lugar, la firma del tratado de paz".
Putin se refería a que la declaración pone como condición la firma del tratado para después abordar la entrega de dos de las islas más pequeñas del archipiélago -Shikotan y Habomai-, una posibilidad que se vio frustrada por la firma en 1960 de un acuerdo de seguridad entre Japón y Estados Unidos, que desplegó sus tropas en la zona, hecho que la URSS interpretó como una amenaza a su seguridad.
Putin y Abe acordaron, sí, poner en marcha actividades económicas conjuntas en el archipiélago, lo que incluye acuicultura, turismo, agricultura, energía eólica y procesamiento de residuos.
Por su parte, Abe, que había vinculado directamente el tratado con la devolución de las Kuriles, admitió hoy: "Solucionar problemas sin resolver desde hace más de 70 años, desde el fin de la guerra, no es fácil, pero debemos hacerlo".
Abe subrayó que acordó con el jefe del Kremlin que este verano los japoneses con antepasados en las islas podrán visitar sus tumbas, y anunció que los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países tendrán en febrero una nueva ronda de negociaciones durante la Conferencia de Seguridad de Munich.
En los últimos días en Rusia se registraron varias protestas contra la posible cesión de las Kuriles a Tokio, la última de las cuales se saldó hoy con once detenidos durante un acto frente a la embajada japonesa en Moscú.
Los preparativos de la cumbre se torcieron cuando Tokio dejó claro que su objetivo final seguía siendo recuperar las cuatro islas, para lo que se proponía convencer a la población local -unas 20.000 personas- de que aceptara voluntariamente el dominio nipón, cuando Moscú le exige como condición para negociar que reconozca primero la soberanía rusa sobre el archipiélago. (Télam)