Provoste, la apuesta de la exConcertacion para renovarse y recuperar el poder

Experimentada, incisiva y con un estilo frontal, la chilena Yasna Provoste, candidata por Unidad Constituyente, la alianza formada por algunos los partidos de la exConcertación, representa la alternativa de continuidad en ese espacio que busca renovarse y retomar las demandas expresadas en el estallido social de 2019 para volver al poder.
Nació en la ciudad norteña de Vallenar en 1969 en una familia de pequeños empresarios, es una orgullosa egresada de la educación pública, primero en establecimientos de su ciudad natal y luego en la Universidad de Valparaíso.
Con 51 años, es profesora de Educación Física, magíster en administración educacional y diplomada en descentralización y Gobiernos locales en la Universidad Javieriana de Colombia, ligada a la Compañía de Jesús.
Es la única mujer de los siete candidatos presidenciales y la primera descendiente de un pueblo originario, el diaguita, que postula al máximo cargo electivo del país.
Su intención de capitalizar el centro político en las presidenciales sufrió un duro revés en las primarias de julio, que sorprendieron con los triunfos del líder de izquierda Gabriel Boric y el oficialista Sebastián Sichel, las dos opciones menos radicales de esos espacios.
Rápida de reflejos, sin embargo, logró reinventar su estrategia con sólidos desempeños en los sucesivos debates televisivos y una potente campaña de imagen en la que destacó un video de un joven cantando el himno nacional "a capella" mientras un texto homenajea a las víctimas del coronavirus.
Su historia política se remonta al secundario. Fue presidenta del centro de alumnos y empezó a militar en la Democracia Cristiana (DC) a los 14 años.
En la universidad también se involucró en el centro de alumnos y fue vicepresidenta de la Red de Estudiantes de Educación Física.
Luego de su formación universitaria, Provoste regresó a su tierra y asumió cargos regionales: gobernadora de la localidad de Huasco, a los 28 años, y luego intendenta, nombrada por el entonces presidente socialista Ricardo Lagos, que luego la incluyó en su Gabinete como Ministra de Planificación.
En el primer Gobierno de Michelle Bachelet fue ministra de Educación, en medio de la llamada revolución pingüina, como se conoce al masivo alzamiento juvenil en demanda de educación gratuita y de calidad, una etapa en la que lidió con el entonces joven líder estudiantil y ahora rival en la carrera presidencial, Gabriel Boric.
Pertenece al ala más progresista de su partido, que a su vez es considerado el ala más conservadora de la exConcertación.
Su rápido ascenso en la política sufrió un duro revés cuando fue objeto en 2008 de una acusación constitucional por su "actuación negligente" ante irregularidades financieras en subvenciones escolares que representan unos 500 millones de dólares y que significó su inhabilitación por cinco años para ejercer cargos públicos.
Se fue a Canadá, a desarrollar investigación académica en un pueblo cerca de Ottawa.
De regreso a Chile se postuló en 2010 a la presidencia regional de la DC, con la mira puesta en retornar en 2013 a la política como candidata a diputada.
Figura prominente de su partido, la militancia adelantaba por esos años su resiliencia y perseverancia. "Tengo fuerza para rato y mucho por hacer. Quisieron sacarme y aquí estoy, de vuelta", dijo ese año.
En 2013, logró ser elegida diputada por la norteña región de Atacama y 2017, fue electa senadora por la misma región.
Desde el 21 de marzo de 2018, integra las comisiones permanentes de: Minería y Energía; y de Educación y Cultura, las que presidió hasta el 10 de abril de 2019 y el 20 de marzo, respectivamente.
El 17 de marzo de este año asumió la presidencia del Senado, un cargo al que renunció a fines de agosto para dedicarse de lleno a la campaña pero que antes le permitió lanzarse como dirigente opositora al Gobierno de Sebastián Piñera. (Télam)