El partido fujimorista Fuerza Popular (FP), la mayor fuerza de oposición en Perú, advirtió que es “difícil” que el Congreso apruebe el proyecto del presidente Martín Vizcarra para adelantar un año las elecciones generales y sostuvo que la única vía para anticipar los comicios es la renuncia del mandatario.

“Pretender hacer un cambio en la Constitución acorde a lo que el presidente desea es un tema de difícil aprobación”, afirmó el jefe de la bancada de FP en el Congreso unicameral, Carlos Tubino.

“El adelanto de elección ya se encuentra en la Constitución Política del Perú y tenemos que respetar lo que dice, porque cualquier otro camino no es posible”, dijo Tubino en una entrevista publicada hoy por el diario limeño El Comercio.

La carta magna establece que los comicios deben adelantarse solo cuando quedan vacantes la Presidencia y las dos vicepresidencias.

En ese caso, “no debería haber mayor debate, se debe llamar a elecciones presidenciales y congresales, a las generales, pero que renuncie el presidente, porque lo que él está haciendo es generar caos en el Perú, un caos que durará un año”, según Tubino.

Vizcarra anunció ayer un proyecto de reforma constitucional para ser sometido a referendo, con el objeto de adelantar un año las elecciones presidenciales y parlamentarias que corresponde efectuar en 2021.

Justificó esa iniciativa en que “la confianza solicitada” al Congreso con respecto a una reforma política destinada a profundizar el combate a la corrupción “ha sido aprobada solo de palabra y denegada en los hechos”.

Aunque mantiene un alto respaldo popular, Vizcarra tiene una tensa relación con el Congreso, en el que FP tiene el bloque más numeroso, con 55 legisladores sobre 130 totales, mientras la bancada oficialista apenas cuenta con siete.

La tasa de aprobación al mandatario aumentó de 41% a 45% en el último mes y es la mejor de los últimos cinco presidentes para el decimosexto mes de gestión, de acuerdo con un sondeo de la firma de opinión pública Ipsos publicado la semana pasada.

A principios de junio, el Congreso otorgó su voto de confianza al gabinete de Vizcarra para la aprobación de la reforma política. Si no lo hubiera hecho, el presidente habría quedado en condiciones de disolverlo.

La Constitución faculta -no obliga- al jefe del Estado a disolver el Congreso si este deniega dos veces la confianza a sendos gabinetes en un mismo período presidencial y el parlamento ya había censurado en septiembre de 2017 al equipo que encabezaba Fernando Zavala.

Entonces, el presidente era Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció en marzo de 2018 -para evitar ser destituido por el Legislativo, tres meses después de sortear con éxito un proceso similar- y fue sucedido por Vizcarra.

La tensión entre el Ejecutivo y el Congreso tuvo un nuevo capítulo en los últimos días, con la designación como presidente del parlamento de Pedro Olaechea, quien fue ministro de la Producción de Kuczynski.

Olaechea ganó su escaño por el partido oficialista Peruanos Por el Kambio (PPK) pero hace un año se escindió de esa bancada y pasó a formar parte de Acción Republicana, un pequeño bloque aliado del fujimorismo.

“No nos aferramos a nuestros cargos pero defenderemos la institucionalidad del Poder Legislativo, la Constitución y el sistema democrático”, dijo ayer Olaechea y agregó que Vizcarra, “una vez más”, puso “al país en una situación de incertidumbre e inestabilidad”.

Al margen de la oposición, Vizcarra también tiene dificultades con algunos sectores del oficialismo.

La vicepresidenta Mercedes Aráoz no aplaudió ayer el discurso del mandatario, del que se enteró en el momento en que era pronunciado, y hoy lo saludó friamente en el desfile militar por la fiesta patria, según El Comercio.

“Nosotros no hemos tenido una reunión para este tema, el discurso del presidente lo realiza con sus asesores; estamos hablando de una propuesta que va a venir con un proyecto y creo que debemos analizar primero el proyecto, analizarlo y ver qué hacer”, dijo ayer la legisladora oficialista Ana María Choquehuanca. (Télam)