Túnez despidió hoy los restos de Beyi Caid Essebsi, su primer presidente democrático, con un funeral de Estado que se llevó a cabo en el Palacio de Cartago con una nutrida representación de la clase política local y mandatarios internacionales.

La ceremonia se desarrolló bajo un intenso calor y se inició con la llegada del féretro en un carro al patio principal del palacio, desde donde fue introducido en el interior por seis oficiales de alto rango de las Fuerzas Armadas argelinas.

Allí fue recibido por el presidente interino del país, Mohamad Enneceur; por el primer ministro, Yusef Chahed; por autoridades militares y por representantes del extranjero.

Una vez leído el responso y las aleyas correspondientes de El Corán, el féretro, envuelto en la bandera nacional tunecina, fue llevado otra vez a un carro militar para ser trasladado al cementerio de Jellaz, a unos 25 kilómetros al sur, donde fue enterrado en el panteón familiar.

Durante el recorrido, que atravesó algunas de las principales calles de la capital, decenas de tunecinos se agolparon frente a las vallas, en medio de un férreo dispositivo de seguridad, para despedir al hombre que consolidó el triunfo de la revolución que en 2011 acabó con la larga dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali.

La comunidad internacional estuvo representada por el Rey Felipe VI, de España; los presidentes de Francia y Portugal, Emmanuel Macron y Marcelo Rebelo de Sousa, respectivamente; el presidente argelino, Abdelkader Ben Salé; el primer ministro de Libia, Fayez Serraj; el emir de Qatar, Tamim Ben Hamad al Thani; y el príncipe Moulay Rachid, hermano del monarca marroquí, entre otros.

También llegaron al país norafricano el presidente de Palestina, Mahmud Abas; el jefe del gobierno sostenido por la U en Trípoli, Fayez al Serraj; el ex presidente alemán Joachim Gauck, y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abu Al Ghait, reseñaron las agencias EFE y DPA.

El Consejo Municipal de Cartago anunció que sus 16 miembros decidieron por unanimidad poner el nombre de Beyi Caid Essebsi a una de sus principales avenidas.

Adscrito desde muy joven al movimiento nacionalista Neodestur, liderado por el que sería el primer presidente de la nueva República, Habib Bourguiba, Essebsi ocupó cargos durante la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali.

Derrocado éste en 2011, se convirtió en una pieza clave para salvar la transición de la crisis que la amenazó en 2013, gracias a su estrecha relación con el líder del movimiento islamista conservador "Ennahda".

Cinco años después de su elección deja el país sumido en la incertidumbre política después de que hace una semana se negara a ratificar las enmiendas a la ley electoral aprobadas por el Parlamento a escasos tres meses de que se celebren elecciones legislativas.

En este marco, la Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE), institución encargada de supervisar y velar por la consulta, decidió hoy adelantar al 15 de septiembre las elecciones presidenciales previstas para finales de noviembre para intentar evitar un posible vacío de poder ya que el presidente interino, Mohamad Ennaceur, de 85 años, también tiene un delicado estado de salud. (Télam)