El flamante gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador informó hoy que frenará el paso masivo de futuras caravanas de migrantes, como las que avanzaron por el país y hacia la frontera con Estados Unidos en octubre y noviembre pasado, y como la que ya fue anunciada para la semana que viene.

La ministra del Interior mexicana, Olga Sánchez, adelantó que el gobierno está "tomando medidas" para evitar que la próxima caravana de migrantes centroamericanos "dé un portazo" -sobrepase la valla fronteriza que divide el territorio con Guatemala- e ingrese en masa al país.

"Hay líderes en esta caravana que están manejándola tratando de dar un portazo, pero no se permitirá si no es ordenado y regulado su ingreso", explicó Sánchez durante la XXX Reunión de Embajadores y Cónsules mexicanos que se celebra cada año en la capital, según la agencia de noticias ANSA.

El 12 de octubre pasado, un grupo de migrantes hondureños comenzó a caminar por la ruta con destino a la frontera norte mexicana con Estados Unidos. Se autodefinieron como una caravana y, ante su avance ininterrumpido, otros tres contingentes de centroamericanos iniciaron el mismo camino.

En el momento de mayor concentración, llegaron a ser casi 10.000. Sin embargo, una vez dentro de México, se dividieron, muchos decidieron pedir asilo político en ese país y otros retornaron a Centroamérica.

Actualmente, más de 2.000 personas aguardan en un antiguo salón de fiestas y en condiciones precarias a que las autoridades resuelvan sobre sus pedidos de asilo político ante el gobierno estadounidense.

Sánchez, una ex jueza y uno de los miembros de perfil más alto del flamante gobierno mexicano, explicó que el país tendrá, a partir de ahora, "una nueva política migratoria" que "se caracterizará por ser humanitaria".

"Es hora que los derechos de los migrantes sean respetados en cualquier país, incluido México. La instrucción es clara y precisa, el trato a los migrantes debe ser el mismo que exigimos en otros países. Vamos a empezar por nuestra casa", sostuvo.

El gobierno mexicano tiene un programa para que miles de centroamericanos puedan trabajar legalmente en estados del Sur y Sureste como Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Oaxaca. (Télam)