Manuela Bergerot, la diputada de origen argentino y su lucha por reivindicar la memoria en España

Manuela Bergerot, una hija de perseguidos politicos durante la dictadura argentina que se exiliaron en España, es diputada en la Comuna de Madrid e integra la lista de la fuerza de izquierda Mas Madrid, que buscara disputarle el

Mundo 24 de mayo de 2023 Agencia Télam
(Por Eva Marabotto) Manuela Bergerot, una hija de perseguidos políticos durante la dictadura argentina que se exiliaron en España, es diputada en la Comuna de Madrid e integra la lista de la fuerza de izquierda Más Madrid, que buscará disputarle el poder el próximo domingo a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, del derechista Partido Popular, y en diálogo con Télam habló sobre sus proyectos para la ciudad, entre ellos su lucha por reivindicar la memoria.
La legisladora, que se refirió a su vez a la necesidad de mejorar la salud y la educación para los inmigrantes, habló también de su amistad con el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, hijo de la mejor amiga de su madre, a quien ve como "la renovación que la política argentina necesita".
-Télam: Tu padre fue detenido en 1976 en un episodio emblemático de la resistencia contra la dictaduraÂ…
-Manuela Bergerot: Mi historia es la de tantos otros. A mi papá lo detuvieron después de que organizó un operativo para desplegar una bandera con el mensaje "Videla asesino" en la cancha de Estudiantes. Al día siguiente lo detuvieron y mi mamá presentó un habeas corpus para pedir que apareciese.
-T.: Cuando naciste, tu mamá fue a parir acompañada por Laura Carlotto, la hija desaparecida de EstelaÂ…
-MB: Sí. Mi papá formaba parte de la misma organización que Laura y ella la acompañó a parir a mi mamá. En ese momento se dijeron los nombres, porque hasta entonces no se habían identificado.
-T: ¿Cómo fue la llegada de tu familia a Madrid?
-MB: Mi papá obtuvo el derecho de opción, una palabra muy perversa. Como si existiese la libertad de elegir ser desterrado. Entonces le dijeron que había gente de Amnistía Internacional, que no tenían sede en Madrid pero sí en Londres, y lo pudieron ayudar a instalarse en Europa. Entonces tuvo una cita en un café y su contacto, John Bennet, le creyó lo que contaba, que nosotras estábamos escondidas y así fue que montaron un operativo, desde Londres y Berlín, y nos hicieron llegar dos boletos de avión. Nos sacaron del país y nos trajeron a Madrid en condición de refugiadas políticas.
-T: ¿Cómo se dio tu inserción en la política española?
-MB: Por supuesto que heredé de mis padres la cultura política, el compromiso por el bien común y por el servicio de la comunidad. Pero creo que la política se hace desde muchos lugares, no solo desde los partidos políticos o las instituciones. También desde la asociación de vecinos, la unión de padres y madres del colegio y cualquier espacio donde haya vecinos organizados.
-T: En tu caso fue desde el ámbito académicoÂ…
-MB: Estaba terminando mi carrera de Archivística, especializada en archivos de memoria y me di cuenta, con el conocimiento que tengo del caso argentino y del efecto tan reparador en lo personal y en lo colectivo que tiene no solo acceder a los archivos, sino reconstruir las historias. Entonces, en paralelo, mientras voy conociendo mi propia historia, empiezo a pensar qué le puedo aportar al pueblo español en el tema de la memoria.
-T: ¿En comparación, qué sucede en España con la memoria respecto del franquismo?
-MB: Cuando empecé a revisar, me llamó la atención la laguna intencionada que había respecto de los exmilitantes de los 70. Que son el último eslabón que conecta el pasado y el presente. Fue tomar conciencia de una impunidad que nunca se rompió porque no hubo una transición basada en el derecho a la Justicia. Ahí empecé a contactarme con las asociaciones que trabajaban a través de la querella argentina contra los crímenes del franquismo y empecé a organizar los viajes junto con los abogados para llevar a declarar al Juzgado Número Uno (N.R.: en las causas que tramitó en la Argentina la jueza María Servini de Cubría) para que pudieran ser escuchados. Empezaron a ser sujetos de derecho.
-T: A nivel local, proponés una apropiación de esas historias en el ámbito urbano, poner hitos de la memoria en las calles de Madrid, que no los tiene como Buenos AiresÂ…
-MB: En Madrid no hay rastros de esa historia. Y todos los gobiernos que ha habido, tanto el Partido Socialista como los demás, solo han perpetuado la impunidad, por ejemplo, permitiendo que los nombres de las calles en Madrid reivindiquen a golpistas, a franquistas fascistas que no reivindican valores democráticos. También se han permitido en el espacio público manifestaciones como la de homenaje a la División Azul (N.R.: la unidad de voluntarios españoles que combatió a favor de Alemania en la Segunda Guerra Mundial). Pero hay más, se derribó la cárcel de Carabanchel, por donde pasaron todos los presos políticos del tardío franquismo claro, para que no quedasen huellas. Incluso el mausoleo de Franco hasta hace dos años estaba ahí en la Comunidad de Madrid y todavía hoy el Gobierno de la Comunidad de Madrid permite que haya una ruta turística que visita el mausoleo de un dictador.
En Madrid está todo por hacerse en temas de memoria. Incluso llevé a la Asamblea de Madrid, que es el Parlamento de la provincia, una iniciativa parlamentaria para reivindicar que los madrileños sepan que hay 15.000 víctimas en fosas comunes y que ha habido campos de trabajo forzado franquistas.
-T: Además de reivindicar la memoria, también te ocupás de ser la voz de los inmigrantes
-MB: Sí. Creo que la memoria es la base para poder exigir el resto de los derechos. Porque se trata de una democracia construida sobre fosas comunes. Pero además de eso, todas las iniciativas que llevé a la Asamblea de Madrid tuvieron que ver con el derecho de las personas migrantes, porque con la pandemia se agravó la explosión sanitaria, que sigue sucediendo hasta el presente. Ahora mismo, la presidenta Isabel Díaz Ayuso le niega el derecho a la salud a mujeres migrantes embarazadas y a niños.
-T: Más Madrid reivindica los derechos de los inmigrantes
-MB: Sucede que el racismo tiene voz propia dentro de las instituciones con Vox, el partido ultraderechista. Es el altavoz que tiene eco dentro de un sector de la sociedad que cree que garantizar derechos a unos les quita a los demás. Desde Más Madrid reivindicamos los derechos y oportunidades para las personas migrantes porque les atraviesan las mismas cuestiones que a cualquier otro vecino, pero sobre ellos pesa una doble exclusión.
-T: También te preocupa el acceso a la vivienda para los vecinos de Madrid y los inmigrantes
-MB: El tema de la vivienda es uno de los temas más graves en Madrid. Los jóvenes tienen que dedicar un 105% de su salario para poder alquilarse algo, con lo cual, la emancipación es imposible. Pero además las personas migrantes se encuentran con el racismo que les impide acceder a un alquiler.
-T: Sos diputada desde mayo de 2021 y ahora volvés a integrar la lista, ¿tenés expectativas de postularte a algún otro cargo a nivel nacional?
-MB: No, creo que en la Comunidad de Madrid, después de 28 años de gobierno de derechas, tenemos todo por hacer. Más Madrid realmente es la primera fuerza política que se está encargando de lo que importa a los madrileños, porque con esta cuestión de que Madrid es la capital de España se niega el debate constantemente de lo que atraviesa la cotidianidad del pueblo madrileño, que es el acceso a la sanidad, a la educación, a la vivienda.
-T: Aunque vivas en España, ¿tenés contacto con la política argentina?
-MB: Son contactos a nivel personal. Porque hay una historia en común. Eduardo "Wado" de Pedro es el hijo de Lucila, la que era mejor amiga de mi mamá. Mi mamá se enteró del asesinato de Lucila estando en Madrid. Soy amiga de "Wado" y es una persona muy importante en mi vida militante, porque cuando era adolescente yo no conocía mi historia porque no quería preguntar ya que percibía el dolor que les causaba a mis padres. Así que aprendí a callar hasta que Wado, cuando teníamos 18 años, me trajo una pila de libros como "Recuerdos de la muerte" de Miguel Bonasso y me dijo que tenía que empezar a preguntar. Fue un gesto simbólico y ahí empecé a averiguar y a reconstruir mi historia, nuestra historia, y la del pueblo argentino.
-T: Por estos días, suena mucho el nombre de De Pedro como precandidato a presidente por el oficialismo. ¿Cómo evaluás que un militante de la memoria integrante de Hijos pueda acceder al máximo cargo del Ejecutivo en la Argentina?
-MB: Me parece que, como hacemos en Más Madrid, las fuerzas que aspiran a gobernar deben ser intergeneracionales. No sólo diversas, como reflejo de esa realidad a la que queremos gobernar. Creo que es tiempo de que los Hijos den un paso al frente. Recuerdo como muy potente aquella intervención de Wado en el Congreso, haciendo oír la voz de Hijos cuando Néstor Kirchner era presidente. Creo que en esos hijos tiene que estar presente el compromiso de dar lo que nos dejaron y extenderlo. (Télam)
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