La última prueba misilística de Corea del Norte fue una "solemne advertencia" al poderío militar de Corea del Sur y a su programa de ejercicios militares con Estados Unidos, dijo hoy Pyongyang a través de la prensa odficial.

El lanzamiento de dos misiles balísticos de corto alcance hacia el Mar de Japón fue "una demostración de poder y una solemne advertencia a los militares belicistas" de Corea del Sur, señaló la agencia de prensa oficial KCNA, según la cual "el gran líder Kim Jong-un organizó personalmente".

"No podemos hacer otra cosa que desarrollar sin descanso potentes sistemas de armamento para eliminar las potenciales y directas amenazas a nuestro país que existen en el Sur", afirmó Kim, probablemente en referencia a las maniobras militares que Seúl se apresta a desarrollar junto a Washington y, especialmente, a la compra de los nuevos aviones caza.

De hecho, Seúl informó esta semana que dos aviones caza stealth F-35A llegaron al país desde Estados Unidos y se agregan a otros dos recibidos con anterioridad.

Seúl prevé, además, adquirir otros 40 para 2021, informó la agencia de noticias Ansa.

Según las primeras publicaciones de medios norcoreanos, los misiles probados ayer serían parte de "un nuevo sistema de armas guiado" que puede volar a baja altitud, a unos 40 kilómetros, y por lo tanto son muy difíciles de interceptar.

Por su parte, fuentes militares surcoreanas y estadounidenses dijeron que notaron en los misiles norcoreanos varias similitudes con los misiles balísticos rusos Iskander, vectores de corto alcance capacitados para transportar cabezas nucleares.

Pero más allá de la "solemne advertencia" a Seúl, el lanzamiento podría significar un nuevo revés en las ya complicadas negociaciones para la desnuclearización de la península coreana.

O, por el contrario, una toma de posición de cara a una nueva ronda.

Cuando a fines de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump le volvió a estrechar la mano a Kim en un encuentro sin precedentes en la zona desmilitarizada en el confín entre ambas Coreas, se estableció la reanudación de las negociaciones, aunque todavía no se estableció una nueva fecha para continuar el diálogo.

En este contexto, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, afirmó ayer que las conversaciones a nivel de trabajo con Corea del Norte podrían comenzar "en un par de semanas".

Asimismo, le restó importancia al alcance de la prueba nuclear al darle solo un valor de "negociación táctica". "Todos intentan prepararse para las negociaciones creando riesgos para la otra parte", aseveró.

Corea del Norte está prohibida por las resoluciones del Consejo de Seguridad de la U de participar en cualquier lanzamiento utilizando tecnología balística.

Si bien Pyongyang podría enfrentar la condena internacional por los últimos lanzamientos, es poco probable que la nación, que ya está bajo 11 rondas de sanciones de la U, reciba nuevas medidas punitivas. (Télam)