Los dos partidos que forman la coalición que gobierna Italia, la Liga y el Movimiento Cinco Estrellas, buscan bajarle el tono a las tensiones dentro del Ejecutivo que incluyeron acusaciones de "pérdida de confianza" y excluyeron hoy la posibilidad de una crisis de gobernabilidad.

"Excluyo la crisis, son dinámicas entre fuerzas distintas", planteó hoy uno de los dos vicepremiers, el líder del Cinco Estrellas Luigi Di Maio, en un tono conciliador con el que buscó dar por terminado un nuevo capítulo de desencuentros entre los socios.

La declaración de Di Maio se da a menos de 24 horas de que ayer fuera el propio vicepremier el que se declaró "golpeado por la espalda" por las críticas de parte de la Liga de una "falta de confianza" dentro del Ejecutivo.

Este viernes, el líder de la Liga, el otro vicepremier Matteo Salvini, fue claro al afirmar que "seguramente" se verá con Di Maio en las próximas horas, porque "no es el problema".

Sin embargo, Salvini sí puso reparos en los comportamientos de los ministros de Defensa, Elisabetta Trenta, y de Infraestructura, Dario Toninelli, ambos del Cinco Estrellas, a quienes acusó de obstaculizar su gestión.

El marco de un nuevo cruce entre las fuerzas es la aparición la semana pasada de una acusación contra Salvini por haber recibido supuestos fondos rusos para financiar su campaña a las europeas de mayo.

Incluso en este punto, tras un tono inicial más duro, Di Maio dijo hoy que "si tuviera dudas sobre Salvini no estaría con él en el gobierno".

Por el momento, Salvini no será parte de la reunión de gabinete prevista para este viernes, mientras que el premier Giuseppe Conte ya adelantó que irá al Parlamento el próximo 24 de julio a dar explicaciones sobre los supuestos aportes desde Moscú.

Salvini confirmó que declararía pero aún no precisó una fecha para ir a las Cámaras. (Télam)