La isla de Taiwan, otra antigua disputa entre EEUU y China

La protesta de China por la posible venta de armas de Estados Unidos a Taiwan, territorio insular al que considera parte del pais, plantea otra diferencia mas en las complejas relaciones entre Beijing y la Casa Blanca, en una

Mundo 07 de agosto de 2021 Agencia Télam
(Por Alberto Galeano) La protesta de China por la posible venta de armas de Estados Unidos a Taiwán, territorio insular al que considera parte del país, plantea otra diferencia más en las complejas relaciones entre Beijing y la Casa Blanca, en una región donde las posibilidades de violencia están siempre latentes.
Aun así, se cree que por más armas que adquiera la isla situada a 180 kilómetros de China, no modificará nunca la relación de fuerzas que existe entre Taipéi y el gigante asiático, donde viven más de 1.300 millones de personas.
La Administración del presidente Joe Biden informó el miércoles al Congreso estadounidense, controlado por los demócratas, sobre sus intenciones de vender armas a Taiwán por unos 750 millones de dólares, aprobada por el Departamento de Estado, según un vocero de ese organismo.
"La cuestión Taiwán siempre ha sido un tema sensible en las relaciones diplomáticas entre China y EEUU, asumiendo que para Beijing la isla representa su provincia número 23", dijo a Télam Gustavo Cardozo, profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad Regional del Noroeste del Estado brasileño de Rio Grande do Sul (Unijui).
El académico, que estudió en Taiwán, señaló que "el apoyo constante de Washington a Taipéi en términos militares, económicos y políticos es denunciado por China como una injerencia directa en los asuntos internos del país".
"El estrecho de Formosa hoy se suma a las áreas geográficas donde EEUU busca contener a China y limitarla en su capacidad de despliegue sobre el Pacífico. Sin embargo, no es posible pensar en un Taiwán independiente en el corto plazo, pero las posibilidades de una escalada de violencia en la región están latentes".
Para Cardozo, "la gran mayoría de los taiwaneses, incluidos los jóvenes, desean la independencia de Taiwán. No se identifican políticamente con China y, por lo tanto, temen a su régimen. Ellos no quieren cambiar su sistema democrático, ni sus libertades, lo que a su visión perderían si se unifican con China continental".
La posible venta de armas a Taiwán incluye 40 sistemas de obuses, controlados por GPS para fortalecer las defensas, así como equipos relacionados con estas piezas de artillería.
Según algunos analistas, citados por la prensa, la venta del obús A6 mejoraría la capacidad de Taiwán para frenar una probable invasión terrestre china.
En octubre pasado, el Gobierno del expresidente Donald Trump notificó al Congreso de una propuesta de 1.800 millones de dólares para vender sistemas avanzados de armas a Taiwán.
La Administración Trump ya había aprobado previamente varias ventas de armas a Taiwán por más de 13 mil millones de dólares, incluidas docenas de aviones de combate F-16, tanques M1A2T Abrams, misiles antiaéreos portátiles Stinger y torpedos MK-48 Mod6.
"Estados Unidos vende armas a Taiwán, se mete en los asuntos internos de China, perjudica la soberanía y los intereses chinos e infringe el Derecho Internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales", dijo el Gobierno chino en comunicado.
Una vez más, Beijing recalcó su política de "una sola China", reafirmada en las últimas décadas.
También opinó que la decisión del Departamento de Estado estadounidense "envía señales erróneas a las fuerzas separatistas de la 'independencia de Taiwán' y pone en grave peligro las relaciones entre China y EEUU, así como la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán".
El líder del partido Nacionalista o Kuomintang (KMT), Chiang Kai-shek, se refugió en Taiwán tras ser derrotado en la guerra civil por Mao Zedong en 1949. Desde entonces Taiwán, de 23 millones de habitantes, se autogobierna con una administración propia.
Sin embargo, la ONU y la mayoría de los países de Occidente consideraron a Taipéi, la capital de Taiwán, como la representación legítima hasta 1971. A partir de allí, reconocieron al Gobierno comunista como la autoridad de una sola China.
En 1979, el Congreso estadounidense aprobó el Acta de Relaciones de Taiwán (TRA, por sus siglas en inglés), impulsada por el expresidente Jimmy Carter, poco después de romper lazos formales con Taipéi para vincularse con China continental.
Esta ley estableció una estrecha alianza entre la Casa Blanca y Taipéi. Pero la disputa que mantiene el pequeño territorio insular con Beijing le ha negado a Taiwán el acceso a los organismos internacionales.
En 2005, el Partido Comunista chino aprobó una ley antisecesión que avala su derecho a tomar "medidas no pacíficas" contra Taiwán, si dicho territorio intenta separarse de China continental.
Hoy, la mayoría de los países, entre ellos Rusia, reconocen a Taiwán como parte integral de la República Popular China.
Y solo una veintena de Estados distinguen a Taiwán como una nación independiente, según la cadena británica de noticias BBC. (Télam)
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