Iberoamerica se une para reclamar un reparto mas justo de vacunas y financiamiento ante la crisis

Presidentes y jefes de Gobierno de America Latina y de la Peninsula Iberica se pronunciaron hoy, la mayoria en forma remota, a favor de democratizar el sistema de reparto de vacunas contra la Covid-19 y de ayudas contundentes de parte de los

Mundo 21 de abril de 2021 Agencia Télam
Presidentes y jefes de Gobierno de América Latina y de la Península Ibérica se pronunciaron hoy, la mayoría en forma remota, a favor de democratizar el sistema de reparto de vacunas contra la Covid-19 y de ayudas contundentes de parte de los organismos de crédito internacionales para enfrentar la pandemia y, centralmente, la pospandemia, atento a la caída de las economías de la región.
La pandemia fue el tema central de una inédita Cumbre Iberoamericana semipresencial que se desarrolló en Andorra, en la que la mayoría de los mandatarios latinoamericanos participaron de forma remota.
Al reiterado reclamo de mayor y mejor distribución de vacunas y de un financiamiento futuro acorde a las necesidades de la región se sumó como uno de los puntos centrales el anuncio de España de que donará 7,5 millones de dosis a países de Latinoamérica.
Antes de los mensajes de los mandatarios, presentó su informe de gestión la titular de la Secretaría General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, quien afirmó que Iberoamérica “solo podrá salir de la crisis con apoyo internacional, a través de acceso a vacunas, a través de instrumentos de financiamiento de deudas, a través de más inversión”.
Quienes participaron en forma presencial se vieron las caras en Soldeu, una pequeña localidad rodeada de estaciones de esquí en el Principado de Andorra, y los únicos presidentes de la región que habían anunciado que no intervendrían fueron los de Brasil, México y Paraguay, aunque luego se sumaron otros Gobiernos como el de Nicaragua y Venezuela.
De forma presencial estuvieron los presidentes de Guatemala y República Dominicana, en calidad de anfitriones de la anterior y la próxima cumbre, así como los jefes de gobierno de Andorra, Portugal y España, también representado por el rey, Felipe VI.
Uno de los temas clave de esta reunión de 22 países, que marcó tres décadas de estos foros políticos iberoamericanos desde su fundación en 1991, es el acceso a las vacunas contra el coronavirus, cuya administración sigue siendo muy baja en América Latina, con menos del 10% de la población vacunada.
Casi en cascada, los discursos de presidentes y jefes de Gobierno se repitieron en sentidos muy similares: mayor acceso, financiamiento, ayuda crediticia y, en menor medida, respaldos al multilateralismo.
Gryspan hizo un llamado al "acceso universal a la vacunación como un bien público global", y a "fortalecer" Covax, el fondo de la ONU para suministrar vacunas contra el coronavirus gratis o con descuentos a países de bajos y medianos ingresos.
América Latina es la segunda región más enlutada del mundo con casi 868.000 fallecidos y 27,3 millones de contagios, y atraviesa ahora un rebrote severo, con récords diarios de muertes y contagios en varios países que, para peor, tienen sus sistemas sanitarios colapsados.
También el papa Francisco se sumó a las voces de los mandatarios para reclamar una "distribución equitativa" de las vacunas y celebrar “las iniciativas que buscan crear nuevas formas de solidaridad a nivel internacional”, según su mensaje enviado a la cumbre.
El pontífice pidió que la distribución "no sea basaba en criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, especialmente de los más vulnerables y necesitados".
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, juzgó que "la distribución universal de las vacunas tiene un rol clave en la recuperación pospandemia" y advirtió que, hasta el momento, "no se han distribuido de manera equitativa".
"Debemos ser capaces de diseñar un verdadero tratado internacional sobre pandemia que complemente la actual normativa sanitaria y refuerce el rol de la Organización Mundial de la Salud", expresó Fernández.
Su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou, consideró que “queda claro que hay un fracaso de las instituciones burocráticas internacionales en el suministro de medicamentos y vacunas”, y reclamó que “no tenga que primar el individualismo y competencia entre naciones, donde por lo general las más poderosas son las que llegan primero” para poder inocular a la población.
Su saliente par de Ecuador, Lenin Moreno, pidió a los organismos financieros replantear sus mecanismos de acceso a créditos para enfrentar la crisis originada por la pandemia y advirtió que “la sobrevivencia de nuestros países depende de esa inyección de créditos".
El cubano Miguel Díaz-Canel, a su turno, celebró la tarea de la isla en el área por su “robusto sistema de ciencia, innovación, con avanzada y eficiente industria biotecnológica y farmacéuticas, con recursos humanos altamente capacitados” y aprovechó para denunciar que, en medio de la pandemia, "recrudeció de manera brutal el bloqueo económico, comercial y financiero” que lleva adelante Estados Unidos.
Desde Santiago, el mandatario de Chile, Sebastián Piñera, llamó a los países iberoamericanos a firmar un tratado internacional que brinde respuestas a las carencias demostradas por el mundo político para enfrentar la pandemia, porque “ha llegado la hora de remontar este déficit político", y advirtió que la Covid-19 "puso de manifiesto un gran éxito del mundo científico y un grave fracaso del mundo político".
El boliviano Luis Arce, mientras, planteó una reforma de las normas mundiales de propiedad intelectual, para facilitar la provisión suficiente de vacunas, libres de patentes.
"Desde Bolivia hacemos un llamado, es más, exhortamos a la Organización del Comercio (OMC) y a la Organización de Propiedad Intelectural (OMPI) una pronta modificación de los estándares internacionales que protegen a la hegemónica industria farmacéutica a costa del perjuicio de miles de millones de seres humanos", dijo.
En el cierre, Luis Abinader Corona, de República Dominicana y próximo anfitrión, reclamó a los organismos internacionales que “concentren sus esfuerzos para enfrentar las consecuencias económicas”, porque la región “necesitará nuevos e ingentes esfuerzos económicos y deberían ser los países poderosos los que hagan el aporte”. “Evitar otra década perdida: es un gran desafío”, concluyó. (Télam)
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