Guatemala negó hoy que haya recibido presiones o intimidaciones de la Casa Blanca para firmar la semana pasada un acuerdo de asilo con Estados Unidos, a pesar de las públicas amenazas del presidente Donald Trump de imponer aranceles e impuestos a las remesas del país centroamericano.

El ministro de Interior, Enrique Degenhart, negó que el convenio convierta a Guatemala en "tercer país seguro" para los migrantes, debido a que esa categoría "no existe", con lo que contradijo un informe oficial difundido por la Casa Blanca horas después de la firma del acuerdo.

Además, aseguró que el convenio de asilo sólo se aplicará a salvadoreños y hondureños, el grueso de la inmigración, y sostuvo que no se aceptarán solicitudes de discapacitados, de niños sin acompañantes ni de mujeres embarazadas en el tercer trimestre.

"No fuimos coaccionados, ni presionados ni obligados a firmar absolutamente nada; creo que es una responsabilidad del Estado guatemalteco de mantener, fortalecer y entender cuales son las relaciones con sus socios y sus aliados", dijo Degenhart en una conferencia de prensa, según informes del diario Prensa Libre y la agencia EFE.

El viernes pasado, después de semanas de amenazas públicas, el gobierno guatemalteco fue forzado a firmar en Washington el acuerdo, incluso ante la presencia de Trump, quien según varios analistas asumió durante la ceremonia una actitud intimidante.

"Hemos estado tratando con esto durante mucho años con Guatemala y otros países; ahora estamos en un punto en el que nos llevamos bien y que hacen lo que les pedimos que hagan", llegó a decir Trump.

El ministro Degenhart, quien se enfrenta a durísimas críticas en su país por esta negociación, hizo un llamado a la cordura y advirtió que que las consecuencias de no implementar el convenio serían "nefastas".

Negó que se haya comprometido a la fórmula de "tercer país seguro", un concepto que la Agencia de la U para los Refugiados emplea para designar a aquellas naciones donde se reubican a los refugiados que tenían previsto llegar a otro destino.

En este caso, los solicitantes de asilo serán acogidos en Guatemala mientras se resuelven sus procesos de admisión en la potencia norteamericana.

El ministro guatemalteco también rechazó la idea de que su país "se esté convirtiendo en un campo de concentración, como algunas personas han dicho” y sostuvo que "salvadoreños y hondureños podrán solicitar medidas de protección en un punto de ingreso a Guatemala o en otro lugar".

Por otra parte, el jefe de la Procuraduría guatemalteca de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, solicitó la destitución de Degenhart, a quien acusó de no respetar el fallo que evitaba convertir a Guatemala en un "tercer país seguro" para migrantes, algo que el gobierno de ese país niega.

Rodas exigió a la Corte de Constitucionalidad que, además de destituirlo, notifique al Ministerio Público para que persiga penalmente al ministro por haber hecho caso omiso al amparo que evitó que el pasado 14 de julio el presidente Jimmy Morales firmara el acuerdo migratorio con Estados Unidos. (Télam)