Gobierno en Tripoli desafia a Hafter y reabre el aeropuerto de Matiga

El presidente del Gobierno de Acuerdo Nacional libio reconocido por la U , Fayez al Sarraj, y el presidente del Consejo Supremo del Estado, Jaled al Mashri, acordaron hoy reanudar el trafico aereo en la base de Matiga, unico aeropuerto

Mundo 23 de enero de 2020 Agencia Télam
El presidente del Gobierno de Acuerdo Nacional libio reconocido por la U (GNA), Fayez al Sarraj, y el presidente del Consejo Supremo del Estado, Jaled al Mashri, acordaron hoy reanudar el tráfico aéreo en la base de Matiga, único aeropuerto operativo de Trípoli, pese a las amenazas de ataque del mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del país.
Tanto Al Sarraj como Al Mashri advirtieron a través de un comunicado que tanto Hafter, quien mantiene un cerco en la capital libia desde el pasado 4 de abril, como como la comunidad internacional serán responsables de cualquier incidente que pueda ocurrir, informó la agencia de noticias EFE.
La base de Matiga recibió ayer el impacto de "seis cohetes de tipo Grad" que causaron diversos daños materiales, un ataque que el portavoz de las fuerzas afines al GNA, coronel Mohamed Qanunu, denunció como "una nueva violación del alto el fuego" acordado hace doce días gracias a la intervención diplomática de Rusia y Turquía, dos de las potencias extranjeras involucradas en un conflicto que ha devenido en multinacional.
La guerra civil en Libia estalló en 2015 y se recrudeció en abril del pasado año, fecha en la que Hafter, hombre fuerte del país, puso cerco a la capital para arrebatársela al GNA y a su aliado la ciudad-estado de Misrata.
El mariscal cuenta con el respaldo de Rusia, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, mientras que Francia y EEUU le apoyan políticamente, mientras que el GNA, liderado por Fayez Al Sarraj, está apoyado, por su parte, política y financieramente por la Unión Europea, la U, Italia y Qatar y recibe además apoyo militar de Turquía.
Más de 1.500 personas murieron desde que recrudecieron los combates en abril del año pasado, de los cuales 300 eran civiles.
Además, más de 140.000 personas debieron abandonar sus hogares y se convirtieron en desplazados internos. (Télam)
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