En medio de las protestas de los llamados chalecos amarillos, el gobierno de Francia buscará modificar la legislación de modo de sancionar a quienes se sumen a manifestaciones que no hayan sido comunicadas previamente y de castigar con mayor dureza a los que participen en disturbios o enfrentamientos violentos.
El primer ministro francés, Édouard Philippe, explicó que el gobierno comprobó que “los métodos (de los agitadores) han cambiado", por lo que, argumentó, corresponde también modificar la respuesta de las autoridades.
En una entrevista que concedió a la cadena de televisión TF1, vaticinó que el próximo sábado, cuando se lleve a cabo la novena manifestación de los llamados chalecos amarillos, habrá “más detenciones” porque habrá una "movilización considerable" de fuerzas de seguridad.
Phillipe reveló que el próximo sábado habrá 80 mil agentes en las calles -5.000 de ellos en París-, para que la respuesta policial sea “más móvil". Además, adelantó, se invertirá también en nuevo equipamiento.
El gobierno destacó que, pese a que "debe preservarse la libertad de manifestarse", se sancionarán a aquellos que organicen o participen en protestas no anunciadas con anterioridad a las autoridades.
Se prevé, además, crear un "dispositivo" que identifique y clasifique a los manifestantes que actúen de manera violenta para impedir que puedan sumarse a las protestas en un inicio, informó la agencia de noticias EFE.
Según explicó, se trataría de un listado similar al que se confeccionó para combatir la violencia en los estadios de fútbol.
El primer ministro se manifestó a favor de que las personas que protesta de manera violenta se hagan cargo de la responsabilidad civil por los daños materiales que generen. De esa manera, argumentó, los destrozos no sean pagados “por los contribuyentes".
El anuncio de esta reforma legal se enmarca en dos meses y medio de protestas semanales de miles de personas núcleadas en un movimiento amplio, horizontal y heterogéneo, que reclama desde una mejor redistribución de la riqueza, hasta un mayor cuidado del medio ambiente y un rechazo total al gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Desde finales de octubre, cuando cientos de miles de personas salieron a las calles y rutas de Francia con chalecos amarillos, cerca de mil manifestantes fueron condenados y otros 5.600 fueron detenidos, destacó Philippe al hacer el anuncio de hoy.
(Télam)