El gobierno español del socialista Pedro Sánchez se mantuvo hoy al margen de la "línea dura" de presión internacional contra Venezuela y restó importancia al arresto que sufrió el domingo el presidente de la Asamblea Nacional (AN), el opositor Juan Guaidó.

"Una detención de una hora quizá no quepa llamarla detención. En cualquier caso, es algo que lógicamente preocupa y sobre lo que hay que estar vigilante", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, al ser consultados sobre el incidente que la Unión Europea (UE) calificó como "detención arbitraria".

Borrell insistió en que "el respeto a los derechos humanos y políticos en Venezuela es una preocupación constante" tanto de su gobierno como de la Unión Europea, pero reseñó que el gobierno español sigue apostando por el diálogo en el marco de una política de "compromiso constructivo".

En ese sentido, insistió en que el gobierno de Sánchez "siempre ha dicho que hay que combinar la presión, la sanción, con el intento de facilitar la comunicación entre Gobierno y oposición".

"De lo que se trata es de buscar una salida dialogada y pactada, y eso necesita que los que dialoguen y pacten se conozcan y tengan alguna oportunidad de hacerlo", remarcó el jefe de la diplomacia española durante un desayuno informativo en Madrid.

El presidente de la Asamblea Nacional (AN, parlamento) fue interceptado el domingo por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en la autopista que conecta Caracas con el costero estado de Vargas, y retenido por espacio de una media hora.

El incidente provocó una airada reacción internacional por parte de la Unión Europea (UE), que al igual que Estados Unidos, y otros países de la región latinoamericana, entre ellos Argentina, no reconoce como válidas las elecciones en las que el presidente Nicolás Maduro obtuvo la reelección.

Según Borrell, "habrá estar muy atentos a las consecuencias que tendrá para Venezuela" el hecho de que parte de la comunidad internacional no reconozca la legitimidad del gobierno de Maduro.

La política del Ejecutivo de Sánchez respecto de Venezuela considera que la presión política sobre Maduro puede resultar "estéril" si no va acompañada de una "activa línea que trabaje para permitir abrir vías de diálogo". (Télam)