El rol fundamental de Canada en erradicar la viruela de America Latina

Canada privatizo a mitad de la decada del 80 un laboratorio publico que hasta entonces supo ser referencia del desarrollo de medicamentos efectivos y accesibles no solo para la demanda interna sino para erradicar la viruela en America Latina, lo que

Mundo 06 de octubre de 2021 Agencia Télam
Canadá privatizó a mitad de la década del 80 un laboratorio público que hasta entonces supo ser referencia del desarrollo de medicamentos efectivos y accesibles no solo para la demanda interna sino para erradicar la viruela en América Latina, lo que en la actual pandemia dejó al país más vulnerable a la dependencia y los intereses de las grandes farmacéuticas que producen las vacunas contra el coronavirus, coincidieron fuentes consultadas por Télam.
El laboratorio Connaught, establecido en 1914 en Toronto, se regía por un mandato no comercial, lo que lo convirtió en un ejemplo para la investigación, fabricación y distribución de fármacos accesibles contra la diabetes, el tifus y la poliomielitis, entre otras enfermedades.
En un contexto de un sector farmacéutico cada vez más privatizado, en 1967 firmó un convenio con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el que asumió la responsabilidad de combatir la viruela en América Latina, especialmente en Brasil que concentraba la mayor cantidad de casos, y jugó un rol fundamental en la inmunización contra ese virus que se logró erradicar oficialmente en 1980.
El Gobierno canadiense a cargo del conservador Brian Mulroney lo privatizó a mitad de esa década y el continente americano perdió así un centro de referencia que podría haber jugado un rol fundamental en la actual pandemia de coronavirus.
"Es el impacto devastador del neoliberalismo. Hoy no tenemos la capacidad de producir nuestras propias vacunas y esa vulnerabilidad y desorganización también nos llevó a que fuéramos incompatibles de mirar más allá de nuestras fronteras, lo que es inaceptable", lamentó en declaraciones a Télam la parlamentaria canadiense Niki Ashton del Nuevo Partido Democrático.
Esa dependencia a las grandes farmacéuticas se refleja en que Canadá, país miembro del G7, permanece indeciso a la hora de apoyar la exención temporal a las patentes de las vacunas, proyecto que hace un año se debate con pocos progresos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que ya cuenta con el respaldo de casi 110 países, incluyendo a su gran vecino Estados Unidos.
"Nunca ni en mis sueños más locos me imaginé que Estados Unidos, el campeón de las medidas por la propiedad intelectual, iba a tomar una posición tan en contra de los intereses declarados de la industria farmacéutica. Y que Canadá no se suba a esa ola es desalentador", indicó a esta agencia una fuente que trabajó en la autoridad regulatoria canadiense y que decidió no dar su nombre por su vínculo actual con el Gobierno encabezado por Justin Trudeau.
Pero ese respaldo al actual acuerdo internacional que rige la propiedad intelectual es a medias, ya que al mismo tiempo obstruye la implementación del artículo que contempla una flexibilización en casos especiales.
Desde hace siete meses Canadá desoye el pedido del laboratorio local Biolyse por una licencia obligatoria para fabricar y exportar a Bolivia el inmunizante monodosis de Johnson & Johnson.
"Hay obvias contradicciones en la posición de Canadá", reseñó un informe reciente de South Centre, un think tank independiente con sede en la ciudad suiza de Ginebra, que concluyó que "no se puede dejar a los países con menos recursos a merced de la buena voluntad opcional de los principales desarrolladores de vacunas". (Télam)
Te puede interesar
Populares

Suscríbete al Resumen de Noticias para recibir periódicamente las novedades en tu email