El primer ministro de Mali denuncia ante la ONU el abandono de Francia tras retirar sus tropas

El primer ministro de Mali, Choguel Kokalla Maiga, acusó hoy a Francia ante la ONU de un "abandono a mitad de camino" por su decisión de retirar progresivamente a las tropas presentes en el país africano, a la vez que justificó la necesidad de su Gobierno de "buscar otros socios".
Horas antes, el canciller ruso, Serguei Lavrov, había reconocido que las autoridades malienses recurrieron a "una empresa paramilitar de Rusia" porque Francia "quería reducir considerablemente su contingente militar" y "debían luchar contra los terroristas en el norte", según la agencia de noticias Sputnik. Eso sí, aclaró que el Gobierno de Vladimir Putin no tenía ninguna relación en esa contratación.
Más tarde, el premier maliense defendió esta decisión.
"La nueva situación nacida del fin de (la operación militar francesa) Barkhane, que coloca a Mali frente a un hecho consumado y lo expone a una especie de abandono a mitad de camino, nos lleva a explorar los caminos y los medios para garantizar mejor la seguridad de manera autónoma con otros socios”, dijo Maiga durante su intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
El premier argumentó esta búsqueda de nuevos socios "para llenar el vacío" que dejará la salida progresiva de los soldados franceses, a la vez que criticó la decisión "unilateral" del presidente francés, Emmanuel Macron, de poner fin a su presencia militar.
"El anuncio unilateral de la retirada de Barkhane y su transformación no tuvo en cuenta el vínculo tripartito que nos une (entre la ONU, Mali y Francia). Malí lamenta que el principio de consulta y concertación, que debe ser la regla entre socios privilegiados, no se haya observado antes de la decisión", sentenció.
En consecuencia, Maiga reclamó una postura "más ofensiva en el terreno" de los 15.000 cascos azules de la misión de paz Minusma de la ONU.
Los países europeos habían advertido esta semana al Gobierno maliense que no contratara a los paramilitares de la cuestionada empresa rusa Wagner, acusada de enviar mercenarios a países en conflicto con un modelo similar al usado años atrás por la estadounidense Blackwater.
Francia advirtió a Malí que si contrataba a Wagner aislaría a su país a nivel internacional, mientras que el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, alertó a su par maliense Abdoulaye Diop que la posible presencia de paramilitares rusos tendría consecuencias inmediatas para las relaciones entre el país africano y el bloque.
Según informes periodísticos, el Gobierno maliense, dominado por el Ejército, está cerca de contratar a 1.000 paramilitares de esta firma privada rusa de seguridad, reportó la agencia de noticias AFP.
Un acercamiento reconocido hoy por Lavrov, quien aseguró a periodistas que "se trata de una actividad que se ha llevado a cabo sobre una base legítima", a la vez que afirmó que el Gobierno ruso "no tiene nada que ver con eso".
Las potencias occidentales, sin embargo, acusan al Gobierno de Putin de tener vínculos directos con Wagner.
Los paramilitares, los instructores de seguridad privada y las empresas de Rusia se han vuelto cada vez más influyentes en África en los últimos años, particularmente en la conflictiva República Centroafricana, donde Naciones Unidas ha acusado a los contratistas de Wagner de cometer abusos.
El 11 de junio, Macron anunció un inicio de reducción de la operación militar Barkhane en la región africana del Sahel, que combate a los grupos extremistas y yihadistas en el territorio.
Presentes en el terreno desde 2013, las tropas francesas dejarán el camino a una fuerza internacional, cuya composición aún está por definir. (Télam)