El líder conservador Juanma Moreno, del Partido Popular (PP), aseguró hoy que el pueblo andaluz "votó por el cambio y el diálogo", al defender su acuerdo con los ultraderechistas de Vox, que le permitirá ser elegido mañana como presidente de Andalucía, poniendo fin a cuatro décadas de hegemonía socialista en la región.

“Nuestro pueblo eligió un parlamento nuevo, distinto, con una nueva mayoría. Es nuestro deber interpretar con acierto su voluntad”, dijo Moreno en la apertura del debate de su investidura en el parlamento andaluz.

Tras 36 años en el poder, el Partido Socialista (PSOE) volvió a ganar las elecciones en Andalucía, pero los conservadores del PP, los liberales de Ciudadanos y el partido de extrema derecha Vox sumaron una mayoría absoluta de derechas que permitirá la alternancia, que se plasmará en la segunda sesión de mañana.

Moreno, líder de la segunda fuerza, llegó a un acuerdo para gobernar en coalición con Ciudadanos, y luego negoció con Vox el apoyo de sus 12 diputados a la investidura.

"El pueblo andaluz votó cambio y diálogo" y "tenemos que hacerlo sin complejos, sin prejuicios, sin cordones sanitarios”, sostuvo Moreno, justificando su cuestionada alianza con la ultraderecha, a la que realizó ciertas concesiones ideológicas en materia de inmigración, educación y memoria histórica.

Si bien el PP logró que Vox dejara a un lado algunas de sus propuestas más radicales -como derogar la ley contra la violencia machista-, la llegada al poder del PP y Ciudadanos en Andalucía gracias a la ultraderecha, puso en pie de guerra al movimiento feminista.

Coincidiendo con el debate de investidura, miles de ciudadanos se concentraron en las puertas del parlamento andaluz en defensa de los derechos de la mujer bajo el lema "Ni un paso atrás en igualdad y diversidad".

"Estamos aquí para manifestar nuestro rechazo al discurso de odio contra las mujeres", aseguró una de las líderes de la protesta, que contó con el apoyo de personalidades como la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien se encuentra en Andalucía para participar de un Congreso.

Ante el desafío, el vocero parlamentario de Vox, Francisco Serrrano, comparó la protesta feminista con la violencia callejera de los militantes de ETA: "En un Estado democrático no se puede permitir una 'kale borroka' a las puertas del parlamento", dijo.

"Lo que es 'kale borroka' es querer justificar la violencia contra las mujeres. Ellos han engañado y mentido, ahora que se pongan frente a los ciudadanos y les digan que no quieren proteger la vida de nuestras mujeres", le respondió la todavía presidenta Susana Díaz, que apoyó la protesta antes de ingresar a la cámara.

Durante su discurso, Moreno se refirió a la violencia de género como una "lacra social que hay que erradicar y dejar fuera del debate político", pero, haciendo un guiño a Vox, defendió la "necesidad de garantizar la protección de todas las víctimas".

El líder del Vox, Santiago Abascal, es un enemigo declarado de las "políticas de género e igualdad", que atribuye al "supremacismo feminista", de ahí que pretende equiparar la violencia de género contra la mujer por el solo hecho de serlo con la violencia en el ámbito doméstico. (Télam)