La Fiscalía de Río de Janeiro informó hoy que 27 diputados regionales, entre ellos Flavio Bolsonaro, el hijo mayor del presidente Jair Bolsonaro, no son investigados por un delito penal, sino en el fuero civil, luego de que la prensa revelara que el legislador estadual está envuelto en un escándalo por presunta corrupción.

La TV Globo divulgó el viernes por la noche que Flavio Bolsonaro recibió unos 96.000 reales (unos 30.000 dólares) en forma sospechosa: fueron 48 depósitos por cajero automático de la Asamblea Legislativa de Río en un mes, todos por 2.000 reales.

Más tarde, el hijo del presidente se defendió explicando que se trataba de un dinero que había recibido por la venta de un inmueble y que lo depositó de esa manera porque era el tope permitido.

En medio de las crecientes críticas contra el flamante presidente y su gobierno por esta nueva denuncia de corrupción, la Fiscalía general de Río de Janeiro salió a aclarar que al hijo mayor del presidente no lo están investigando por un delito penal.

"Ninguno de ellos es oficialmente investigado (en el área criminal). Si hiciéramos un expediente diciendo que son directamente investigados seríamos acusados de una investigación temeraria, inconsecuente, que expone a la persona, por esa razón vamos recogiendo datos para saber si esa persona tiene vinculo con aquella situación", aseguró el fiscal general de Justicia de Río, Eduardo Gussem, en una conferencia de prensa, citada por la agencia de noticias EFE.

Gussem además desmintió que se haya quebrado el secreto bancario de Flavio Bolsonaro, como se había publicado en la prensa, y explicó que esto es imposible porque no se lo está investigando penalmente.

"El hecho de movimientos financieros atípicos no significa en hipótesis alguna que sean ilícitos", argumentó el fiscal general de Justicia de Río.

Bolsonaro ganó las elecciones con un fuerte discurso anticorrupción y luego que su actual ministro de Justicia, el ex juez Sergio Moro, condenara al favorito de la campaña, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, a casi una década en la cárcel por corrupción, en un proceso cuestionado por la izquierda brasileña y juristas expertos.

(Télam)