El Gabinete peruano esta de nuevo completo y listo para la batalla en el Congreso

(Por Gonzalo Ruiz Tovar, desde Lima).- La designación como canciller de Perú de un diplomático de carrera, Óscar Maúrtua de Romaña, en reemplazo del intelectual marxista Héctor Béjar, abrió expectativas respecto a si se trata de un gesto del presidente Pedro Castillo para aligerar la dureza de sus relaciones con la oposición, a menos de una semana de la crucial sesión en que el gabinete le pedirá al Congreso el voto de confianza que exige la Constitución.
"Es posible que Castillo esté pisando tierra y trate de girar un poquito al centro", le dijo a Télam el catedrático y analista Ramiro Escobar, quien, sin embargo, pidió "tomar las cosas con pinzas" por la complejidad de la política peruana, los errores del Gobierno y la ofensiva de los sectores más conservadores, representados en los partidos Fuerza Popular (FP), Renovación Popular (RP) y Avanza País (AvP).
La oposición tomó con cautela el nombramiento, pero las críticas llegaron del partido oficialista Perú Libre (PL): "Espero que sea una broma de mal gusto. Una persona alineada a la política injerencista de Estados Unidos no puede representar a un Gobierno de izquierda", ironizó en Twitter el congresista Guillermo Bermejo en un ataque directo al nuevo funcionario.
La Cancillería estaba acéfala desde el martes, cuando Béjar, un exguerrillero de 85 años, renunció tras revelarse un video de 2020 en el que se le escucha decir que fue la Marina la que comenzó a ejecutar atentados "terroristas" en Perú y que la CIA estadounidense tuvo que ver con el nacimiento de Sendero Luminoso.
La oposición, la mayoría de la prensa y la Marina rechazaron con vehemencia los dichos de Béjar, quien se quedó solo, pues Castillo ni el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, lo respaldaron.
El excanciller, que duró 19 días en el cargo, afirma que sus palabras, fueron "sacadas de contexto": "La ultraderecha aprovechó para deshacerse de mí".
En esa coyuntura, algunos sectores criticaron a Castillo por no respaldar a su ministro, pero otros consideraron que el Gobierno aprovechó la oportunidad de bajarle la tensión a los choques, en especial ante el ruido político que causó que la Cancillería no concretara la llegada de nuevas vacunas contra la Covid-19.
Las dudas respecto a si Castillo insistiría con un canciller de perfil similar al de Béjar o si exploraría una opción con menos anticuerpos se superaron ayer, cuando se anunció a Maúrtua de Romaña, un moderado que ya ocupó ese puesto de 2005 a 2006 en el Gobierno de centroderecha de Alejandro Toledo.
"Intento generar confianza y eficiencia. Toda la temática de la vacunación nos tiene preocupados", dijo tras prestar juramento el flamante funcionario, de 74 años, exembajador en La Paz y Quito y quien ya se había aproximado a Castillo, al que representó en el empalme del sector Exterior con el Gobierno saliente.
Interrogado sobre la reacción de Bermejo, el canciller respondió: "Respeto todas las opiniones; soy un demócrata, tengo una trayectoria democrática y estoy sirviendo a un gobierno democrático y constitucional ungido por el pueblo peruano. Allí dejo las cosas".
El catedrático Escobar, profesor entre otras instituciones de la Academia Diplomática, expresó esperanza de que Maúrtua de Romaña logre dentro de su estilo desarrollar los planes de Béjar, quien había anunciado una política más independiente de Washington y más próxima a América Latina.
Ahora, el gabinete está de nuevo completo para buscar el jueves la confianza de un Congreso controlado por la oposición.
Si la logra –con al menos 66 votos de entre 130 congresistas-, seguirá en funciones, caso contrario, todos los ministros estarán obligados a renunciar, aunque Castillo podrá designar de nuevo a quienes considere convenientes, excepto a Bellido.
La jornada se espera con especial expectación, por la dureza de FP, RP y AvP -que ni siquiera reconocen el triunfo electoral de Castillo y hablan sin pruebas de un fraude- y por la desconfianza que generan varios ministros y en particular Bellido, a quien la contraparte acusa de ser un extremista de izquierda, próximo a grupos ilegales y poco dado al diálogo.
FP, RP y AvP suman 43 votos, mientras que PL y su aliado Juntos Por Perú, también de izquierda, llegan a 42. Así, la definición podría estar en manos de los nueve congresistas de la alianza de centro Somos Perú – Partido Morado, los cinco del partido de derecha Podemos Perú y, sobre todo, los 31 que suman los partidos de centroderecha Acción Popular y Alianza Para el Progreso.
Hasta ahora es imposible vaticinar el resultado, pues los congresistas aseguran que no tienen aún una decisión y que todo dependerá de los discursos y respuestas que den ese día los ministros.
En lo que hay coincidencia es en que, al margen del resultado, ese día no se firmará la paz: "Hay dos factores: por un lado, el Gobierno está afectado por sus propios errores. Por otro, hay un sector de ultraderecha que tiene intención de polarizar y derrocar al Gobierno lo más pronto posible. Los extremos están nutriéndose mutuamente", resumió para Télam el doctor en Ciencia Política José Alejandro Godoy, autor del exitoso libro "El último dictador", sobre Alberto Fujimori. (Télam)