Estados Unidos agregó hoy cuatro empresas cubanas a su lista de compañías con las que los estadounidenses tienen prohibido negociar, en una nueva estocada de la administración de Donald Trump al descongelamiento de las relaciones iniciado por el gobierno de su antecesor, Barak Obama.

Los cambios, anunciados por el Departamento de Estado, entraron en vigencia hoy, fecha en la que los cubanos conmemoran el asalto al Cuartel de la Moncada en Santiago de Cuba, considerado el inicio de la campaña que llevó al poder a Fidel Castro.

"Sesenta años después de que Castro prometiera que iba a mejorar las vidas del pueblo cubano, la revolución continúa fallando a su pueblo al despilfarrar el potencial económico de Cuba a través de la mala gestión y de la opresión de los cubanos valientes que continúan la lucha por la libertad", opinó la vocera del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, en un comunicado.

Las empresas incluidas en la lista son el hotel Palacio Cueto, ubicado en La Habana Vieja; el complejo hotelero Kempinski, en Cayo Guillermo, y dos editoriales de libros, precisó un vocero del Departamento de Estado en declaraciones a la agencia EFE.

La lista, que incluye a más de 220 entidades, fue creada por Trump en 2018 para prohibir a los estadounidenses comerciar con las empresas "bajo el control o que actúan en nombre" de los servicios militares, de inteligencia y de seguridad de Cuba.

En la práctica, la medida impide a los estadounidenses quedarse en esos hoteles y comprar bienes a empresas vinculadas a las entidades sancionadas.

La inclusión de esas empresas en la lista también significa que los estadounidenses, entre ellos los cubanos nacionalizados, pueden demandarlas ante cortes de Estados Unidos si alegan que se están beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas o de su familia antes de la Revolución liderada por Castro en 1959.

Esto es posible gracias a la reactivación, en mayo, de los Títulos III y IV de la ley Helms-Burton, que todos los presidentes estadounidenses anteriores a Trump habían mantenido suspendidos desde que se aprobó esa norma, en 1996.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, cargó contra la activación de esa ley y contra el "bloqueo genocida" durante su discurso por el Día Nacional de la Rebeldía, en la ciudad de Bayamo, en el este de la isla.

"El cerco se cierra cada vez más sobre nuestro país como en torno a Venezuela, Nicaragua y cualquier otra nación que se niegue a aceptar el plan imperial para su destino", indicó el presidente cubano en el acto, al que también asistieron el ex presidente Raúl Castro y varios miembros de la plana mayor del gobierno.

Sin embargo, y a pesar de "las distancias éticas", Díaz-Canel advirtió que Cuba estaría dispuesta a establecer una "relación civilizada con Estados Unidos", pero basada "en el respeto mutuo a nuestras profundas diferencias".

"Y en cuanto al pueblo norteamericano, están invitados permanentemente a Cuba. Nuestras puertas están abiertas. Vengan, vean y conozcan la realidad del país que les niegan visitar, en nombre de la libertad, derecho humano esencial que, según dicen, falta en Cuba y abunda allí", invitó. (Télam)