Dos modelos antagonicos para salir de la crisis economica en Ecuador

La crisis economica en Ecuador determinara en gran parte el voto en las presidenciales de este domingo, en las que el electorado debera optar entre dos modelos principales para salir de la recesion: mas apertura economica y la continuidad del ajuste

Mundo 05 de febrero de 2021 Agencia Télam
La crisis económica en Ecuador determinará en gran parte el voto en las presidenciales de este domingo, en las que el electorado deberá optar entre dos modelos principales para salir de la recesión: más apertura económica y la continuidad del ajuste iniciado por el actual mandatario Lenín Moreno o la vuelta a un Estado fuerte con mayor inversión pública como sucedió durante la década correísta.
Con una economía dolarizada y dependiente del petróleo, el país se vio afectado en 2014 por el fin del boom de las commodities y la apreciación del dólar, que llevaron al entonces presidente Rafael Correa a adoptar una serie de medidas anticrisis y recurrir al endeudamiento interno y externo.
Tres años más tarde, asumió Moreno, su delfín, quien se esperaba continuase con las políticas correístas, pero rápidamente rompió con su predecesor e inició un cambio radical en materia económica.
Buscó nuevos acuerdos comerciales, alianzas con el sector privado y una apertura de la minería a nivel industrial, pero la economía nunca despegó y se ahondaron las tensiones sociales, por lo que terminó engrosando la deuda pública al acudir a organismos de crédito como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según los últimos datos del Banco Central de Ecuador (BCE), la deuda externa pasó de unos 26.897 millones (26% del PIB) en el inicio del mandato de Moreno, en mayo de 2017, a unos 42.383 millones de dólares (44% del PIB) en noviembre pasado.
La maltrecha economía ecuatoriana se vio además golpeada por la pandemia de coronavirus, que impactó de lleno en Ecuador, donde se estima que 1,8 millones de personas cayeron en la pobreza a finales de 2020 y otras 1,4 millones sufren de pobreza extrema, según un estudio de Unicef.
Ante este escenario, el BCE proyectó una caída del 8,9% del PIB en 2020, mientras que para el Banco Mundial sería del 9,5% y para el FMI del 11%.
"Es un frenazo brutal, causado en buena medida por la pandemia, pero también por cuestiones estructurales y las medidas de austeridad y de poco dinamismo económico interno del Gobierno", dijo a Telám el especialista en sociología económica y mercados ecuatorianos, Andrés Chiriboga.
El analista criticó la flexibilización laboral emprendida por Moreno durante la crisis sanitaria y el mecanismo optativo de reestructuración de créditos, que delegó la decisión a la banca, logrando sólo un 6% de reestructuración y refinanciación de carteras por la pandemia a noviembre de 2020, según la Superintendencia de Bancos.
"Es ínfimo, no sirvió para nada", opinó y agregó: "Tampoco hubo una baja sustancial de las tasas de interés, no se quiso porque no es el interés del sector financiero".
Una visión distinta planteó el director de Economía de la privada Universidad San Francisco de Quito, Pablo Lucio Paredes, quien si bien coincidió en el impacto de la Covid-19 y de las debilidades estructurales en la economía, responsabilizó también al legado correísta.
"Los 12 años del socialismo del siglo XXI alejaron aún más al país del sendero de soluciones sensatas, necesarias y sostenibles, y elevaron el gasto público por encima del 40% del PIB, con bajísima productividad económica, social e institucional", señaló a Télam.
Una opinión compartida por Alberto Acosta, editor de la publicación Análisis Semanal, quien atribuyó al "excesivo gasto público" del correísmo y al "incremento acelerado de los precios internos" durante la bonanza petrolera, la crisis fiscal y el problema de competitividad que sufre el país, a los que sumó "el problema social" derivado de la destrucción de empleo de las cuarentenas.
Ante esta compleja situación económica, los expertos coincidieron en que los desafíos para el próximo mandatario son múltiples.
"Tiene que enfrentar de manera responsable el poner en orden las cuentas fiscales, ya no cabe más la estrategia de me endeudo para seguir posponiendo los problemas", dijo a Télam Acosta, quien destacó la necesidad de aplicar políticas trasversales para devolver la competitividad.
Para ello, apeló a la apertura de los mercados, la internalización del mercado financiero, la modernización de las leyes laborales y la eliminación de la sobreregulación.
Otra receta propuso Chiriboga, doctorando y profesor en el Instituto de Estudios Políticos de París, para quien los indicadores macroeconómicos y el hueco fiscal son temas importantes, pero no inmediatos.
A su criterio, los tres ejes fundamentales del próximo Gobierno deberían ser una fuerte inyección de recursos a la economía, un alivio financiero para incentivar la recuperación económica y un fortalecimiento del sistema sanitario.
"En las elecciones está en juego la continuidad del modelo económico actual, que ha sido catastrófico, o la posibilidad de tener un cambio, que costará y será durísimo, pero que pueda permitir a la economía de las familias ecuatorianas salir un poco de esta situación", estimó.
Aunque en los comicios hay 16 candidatos presidenciales, sólo dos parecen perfilarse para la segunda vuelta: el banquero Guillermo Lasso y el protegido de Correa, el economista Andrés Arauz.
Mientras Lasso apuesta por una menor injerencia del Estado, impulsar la inversión extranjera y aumentar la producción petrolera, Arauz promete romper con la austeridad y volver al fuerte gasto social del correísmo.
"Uno plantea enfrentar de manera correcta -si el entorno político se lo permite- los desafíos mencionados, el otro, significaría un retorno al socialismo del siglo XXI, con todo lo negativo que eso implica", opinó Lucio Paredes.
Aunque el voto de los ecuatorianos debería determinar qué vía emprenderá el país, Chriboga advirtió que el Gobierno busca garantizar la continuidad de su modelo económico "más allá de los resultados electorales" a través de una reforma al Código Monetario y Financiero, que pretende entregar el directorio del BCE al sector privado y tener una regulación mínima.
"A Lasso le viene muy bien, es un marco regulatorio que le conviene, pero a Arauz le pone un ancla a su programa económico", explicó.
Según adelantó Moreno, la reforma será enviada a la Asamblea Legislativa la próxima semana "con carácter económico urgente", por lo que si no logra tratarla en un mes, la medida podría ser adoptada por decreto. (Télam)
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