Denuncian agresiones a la prensa que cubre las protestas en Colombia y apuntan contra el Gobierno

Una ONG denuncio 149 agresiones a periodistas que cubren las protestas que sacuden a Colombia y dijo que funcionarios que han acusado de "terrorismo" a medios que cuestionan la represion de las manifestaciones "atacan" a la prensa independiente.

Mundo 23 de mayo de 2021 Agencia Télam
Una ONG denunció 149 agresiones a periodistas que cubren las protestas que sacuden a Colombia y dijo que funcionarios que han acusado de "terrorismo" a medios que cuestionan la represión de las manifestaciones "atacan" a la prensa independiente.
Un periodista, en tanto, contó hoy a un diario que policías lo detuvieron de manera ilegal y lo golpearon cuando se dirigía a cubrir una protesta cerca de Bogotá, y que denunció su caso pese a haber recibido llamados de la policía para que no hablara.
En un comunicado, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), una ONG que releva violaciones al derecho a la información en Colombia, mostró su alarma por la escalada de violencia contra los periodistas durante las protestas iniciadas en Colombia el mes pasado.
Entre los incidentes se documentaron agresiones físicas, amenazas, obstrucción para hacer su trabajo, robo de material y hostigamiento, según ha explicado la FLIP en un comunicado publicado hoy ven varios diarios colombianos.
"Estas manifestaciones sociales han expuesto la vulnerabilidad y desprotección de los periodistas en el país", dijo el director de la FLIP, Jonathan Bock.
Bock urgió al Gobierno conservador del presidente Iván Duque a implementar "acciones diferenciadas" para garantizar la seguridad de la prensa.
"El trabajo de una prensa libre es un imperativo para salvaguardar el Estado democrático", señaló.
La mayoría de las agresiones han sido ya denunciadas ante las autoridades.
En la Fiscalía, por ejemplo, ya está el caso del ataque de agentes del Esmad, la brigada antidisturbios de la policía colombiana, a un equipo periodístico de un medio alternativo en Sibaté, un suburbio de Bogotá.
Dos periodistas resultaron heridos por impactos de perdigones disparados por los uniformados en esa ciudad ubicada 27 kilómetros al sur de la capital, pese a haberse identificado plenamente como prensa.
En muchos de estos casos son los agentes de las fuerzas de seguridad quienes atacan a los periodistas, como ya ha ocurrido en Sibaté, Duitama o Medellín.
Aunque también hay casos en los que son los propios manifestantes los que han obstruido el trabajo de los comunicadores con amenazas.
El diario El Espectador dijo hoy que está en manos de la Fiscalía un caso ocurrido el 1 de mayo en Duitama, en el centro-este de Colombia, donde el periodista Santiago Amaya, del medio Contradicción, fue retenido ilegalmente y agredido por agentes de la Policía.
"Me acorralaron unos diez agentes contra una pared. Nunca me pidieron una identificación. Simplemente escuché que uno dijo: 'Ese es. Llévenselo', relató Amaya a El Espectador.
"Un agente me dio un golpe muy fuerte que me dejó sin aire y sin fuerzas (...). 'Me importa un culo que usted sea periodista', me dijeron. Me empiezan a pegar bolillazos (porrazos)", añadió.
"En la estación (comisaría) me tiran en una carceleta que, por el olor, debía estar completamente orinada. Ahí me siguen pegando. Recibo patadas y me intentan ahorcar con mi carné. 'Eso es lo que les hacemos a los que tienen su oficio', me dice otro uniformado", contó Amaya.
Posteriormente fue liberado, pero asegura que tanto él como su familia han sido contactados por la Policía para persuadirlos de no hablar.
En su comunicado, la FLIP expresó además su preocupación porque "algunas de las voces más visibles del Gobierno atacan abiertamente las fuentes de información independiente".
En particular, recordó declaraciones del ministro de Defensa, Diego Molano, quien el 6 de mayo presentó una campaña contra medios a los que acusó de "terrorismo digital" por desacreditar, según su visión, la labor de las fuerzas de seguridad durante las protestas.
"Esa campaña expone a los periodistas a un ambiente de autocensura, pues muchos terminan cortándose para evitar ser judicializados. La intención de la campaña exacerba la tensión que ya existe debido a la violencia dirigida", dijo la FLIP. (Télam)
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