Delegados del chavismo y la oposición en Venezuela completaron hoy en Bridgetown, Barbados, la segunda jornada de la cuarta ronda del diálogo auspiciado por Noruega, todavía sin acuerdo con respecto a un llamado a elecciones presidenciales y al levantamiento de las sanciones económicas impuestas a la administración del presidente Nicolás Maduro, informaron fuentes políticas.

Las conversaciones se reanudaron ayer, tras la breve pausa tomada por los protagonistas -que se habían reunido también en Bridgetown entre el lunes y el miércoles de la semana pasada- para consultar en Caracas a los líderes de ambos sectores, Maduro y el presidente interino designado por la Asamblea Nacional (AN, parlamento), Juan Guaidó.

El diálogo se reinició esta semana con la premisa de encontrar una solución “expedita” para la crisis venezolana, mencionada tanto por el gobierno de Noruega como por los adversarios del chavismo.

La agenda de la negociación incluye seis puntos -tal como lo anunció públicamente Maduro y lo ratificaron fuentes de los dos sectores- que giran básicamente en torno de la eventual convocatoria a elecciones presidenciales y del levantamiento de las sanciones.

El antichavismo reclama elecciones presidenciales transparentes pues desconoce el mandato iniciado en enero pasado por Maduro, porque sostiene que surgió de comicios irregulares y es respaldado en esa postura por cerca de 60 países.

Para que esos comicios puedan efectuarse se requieren al menos ocho meses desde que se firme el acuerdo para convocarlos, pues la oposición exige renovar la composición del Consejo Nacional Electoral (CNE, controlado por el chavismo), que es otro de los puntos de la agenda del diálogo.

Además, en ese ínterin deberían actualizarse el padrón y regularizarse la situación de decenas de partidos y cientos de dirigentes inhabilitados electoralmente por el chavismo, según reclama la oposición.

Aunque aún lo rechaza públicamente, el chavismo está dispuesto a llamar a esas elecciones, pero exige que se realicen juntamente con las de diputados -la AN está actualmente controlada por una holgada mayoría antichavista y debería renovarse en las urnas en diciembre de 2020-, algo que la oposición puede aceptar, según sus fuentes.

Por otra parte, el chavismo reclama a la oposición que convenza a sus aliados internacionales para que levanten las sanciones financieras impuestas al gobierno, con el objeto de aliviar de ese modo la crítica situación económica de Venezuela y mejorar su propia competitividad electoral.

En ese sentido, el canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, afirmó hoy en Washington que su país pedirá en la próxima reunión del Grupo de Lima, el 23 de este mes en Buenos Aires, que se impongan más “sanciones focalizadas” a “personas afectas al régimen” de Maduro y “no al pueblo venezolano”, informó la agencia de noticia EFE.

Asimismo, la Unión Europea (UE) advirtió que “ampliará aun más” sus sanciones a Venezuela “en caso de que no obtengan resultados concretos las negociaciones en curso” en Barbados, según dijo la jefa de la diplomacia de ese bloque, la italiana Federica Mogherini, según el diario caraqueño El Nacional.

Otro de los puntos de debate en Bridgetown es si las elecciones presidenciales deben realizarse con Maduro en el gobierno, como sostiene el chavismo, o si debe retirarse antes, como pretende la oposición.

Analistas y políticos venezolanos advirtieron que para que Maduro salga del gobierno antes de los comicios parece razonable que el antichavismo deba aceptar que Guaidó renuncie a ser el presidente interino del país y, tal vez, el candidato opositor para el próximo período.

Guaidó, de 35 años, es considerado el mejor candidato presidencial del antichavismo por los líderes de los cuatro mayores partidos antichavistas, Leopoldo López, de Voluntad Popular; Julio Borges, de Primero Justicia; Henry Ramos Allup, de Acción Democrática, y Manuel Rosales, de Un Nuevo Tiempo, según varias fuentes políticas venezolanas.

Paralelamente, en el chavismo crece la figura del gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez -uno de los delegados en el diálogo de Bridgetown-, contemporáneo de Guaidó con 37 años y el dirigente de su sector con mayor imagen positiva en las últimas encuestas. (Télam)