El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su ministro de Economía, Paulo Guedes, se mostraron hoy en perfecta sintonía para desalentar versiones sobre supuestos desencuentros en el gobierno mientras se espera la presentación de un proyecto de reforma del sistema de jubilaciones.
Bolsonaro insistió en su "desconocimiento" de las reglas de la economía y reiteró que depositó toda su confianza en Guedes para que se encargue de esos asuntos.
"Reconocer el desconocimiento mío en muchas áreas es una señal de humildad; tengo certeza de que conozco mucho más de política que Guedes, pero él conoce mucho más de economía que yo", fue la tajante declaración del mandatario.
"Somos un equipo muy, muy sintonizado", añadió Guedes, quien aseguró que no hay choque de criterios entre el equipo económico y el ala política del gobierno.
Las aclaraciones de una y otra parte se conocieron en momentos de gran expectativa, a la espera de la presentación de una serie de reformas, entre las cuales destacan los cambios que se pondrán a debate sobre el funcionamiento del sistema previsional.
Los analistas brasileños le atribuyen al equipo económico un interés por llevar a cabo una reforma previsional mucho más profunda de la que quisiera tolerar el ala política, por lo que el debate para la elaboración del proyecto puede demorarse.
No obstante, en el gobierno hay consenso sobre la necesidad de desarrollar el debate en la más estricta de las reservas sobre los detalles y el contenido de la reforma a proponer.
Los funcionarios hablaron en el acto de toma de posesión de los nuevos presidentes de los tres mayores bancos públicos del país, todos escogidos por Guedes.
Se trata de los presidentes de la Caixa Económica Federal, Pedro Guimaraes; del Banco do Brasil, Rubem Novaes, y del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Joaquim Levy.
Levy, con amplia experiencia en la función pública, fue jefe del Tesoro Nacional en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva; ministro de Hacienda en el de Dilma Rousseff, y ocupó diversos cargos en el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En cambio, Novaes y Guimaraes proceden del sector privado.
En su mensaje durante la ceremonia, Guedes sostuvo que pretende soltar las "amarras" del dirigismo para ampliar los espacios del sector privado, sobre el cual considera que debe ser el verdadero motor del desarrollo económico, reseñó la agencia EFE.
"El Estado brasileño fue ocupado y cada grupo de interés tomó un pedazo, una teta, siempre preguntando lo que puede sacar; nuestro grupo tiene otra mentalidad", dijo Guedes.
Las "distorsiones" en la banca pública, con una enorme participación en la economía en los últimos años, "desvirtuaron" el mercado de crédito en el país y llevaron los intereses "a la luna", añadió.
Con esa frase, aludió a a los altos tipos de interés que se aplican en el país para financiar el consumo con tarjetas de créditos o préstamos personales, que pueden superar el 200 por ciento anual en algunos casos.
"El pueblo se cansó de ver ese manejo de la cosa pública que desvirtúa la máquina de crédito del Estado", completó el ministro.
Otro asunto que preocupa a los brasileños es el de la seguridad. Hoy, el ministro de Gobierno, el general Carlos Alberto Dos Santos Cruz, defendió la portación de armas, tanto en domicilios como en la vía pública, una medida que Bolsonaro prometió autorizar a través de un decreto.
"Esto no es un problema de seguridad pública, es una cuestión que hace a la legítima defensa de la libertad individual, de la libertad de defender el patrimonio y la vida", señaló hoy el funcionario en rueda de prensa.
El "Estado fue criminal cuando desarmó a los ciudadanos sin desarmar a los bandidos" que cuentan con armas pesadas, consignó el ministro citado por la agencia Ansa. (Télam)