A pesar de su conflicto interno, Colombia no sufre presiones de los paises centrales o de la region

Colombia arrastra un conflicto interno de varias decadas que provoco alrededor de ocho millones de victimas, pero, sin embargo, la comunidad internacional no pone la lupa sobre el pais cafetero como si la pone sobre su vecina Venezuela o el lejano

Mundo 20 de febrero de 2021 Agencia Télam
Colombia arrastra un conflicto interno de varias décadas que provocó alrededor de ocho millones de víctimas, pero, sin embargo, la comunidad internacional no pone la lupa sobre el país cafetero como sí la pone sobre su vecina Venezuela o el lejano Irán.
El fenómeno también alcanza a la región, donde -salvo algunas escaramuzas diplomáticas entre Bogotá y Caracas- fueron contadas las oportunidades en que países latinoamericanos intervinieron en el conflicto interno colombiano, como el intento de liberación de rehenes de las FARC impulsado por la Unasur con Néstor Kirchner a la cabeza en el primer día de 2008.
Una de las posibles razones es el papel de Estados Unidos como aliado y hasta mecenas -Plan Colombia mediante- de un país que se desangra hace al menos seis décadas en una guerra interna en la que la violencia estatal está largamente probada y que posee el segundo número mayor de desplazados internos en el mundo- más de seis millones-, solo superado por Siria, un país en guerra desde hace 10 años.
Según Amauri Chamorro, especialista en Comunicación Política con vasta actividad en la región –actualmente trabaja en la campaña de Andrés Arauz para el balotaje en Ecuador-, la política de acercamiento y asistencia de Estados Unidos se origina en el hecho de que Colombia es el principal proveedor de cocaína al gigante norteamericano.
"Estados Unidos consume el 90% de toda la cocaína elaborada en el planeta, un negocio que deja 300.000 millones de dólares anuales, y Colombia produce casi el 100% de esa cocaína", detalló Chamorro a Télam
De acuerdo con su razonamiento, "es clara la influencia y el control de Estados Unidos en el territorio colombiano para mantener abierta la línea de abastecimiento de la droga, como ocurre con Afganistán y sus campos de amapolas en la producción de la heroína".
Por supuesto, añadió el especialista, todo esto origina mafias, carteles y violencia: "en el negocio de la droga los muertos los pone Colombia y el dinero se lo lleva Estados Unidos", lamentó.
Pero el silencio alrededor del conflicto y la violencia en Colombia no solo se limita a Estados Unidos.
Salvo algunas excepciones, la situación interna colombiana -los sistemáticos asesinatos de dirigentes sociales y populares, y la enorme población de desplazados por esta violencia- no está en ninguna agenda bilateral o multilateral de los líderes de América Latina, tampoco en sus principales foros de debate como la OEA, la CELAC, la Alianza del Pacífico, el Mercosur o las Cumbres de las Américas.
Unasur -hoy casi muerta- fue la única excepción, aunque tampoco fue una temática constante de su agenda.
Para el politólogo esto se debe a una "política de esconder lo que verdaderamente pasa" en Colombia para garantizar que la violencia estatal o paraestatal vigile y resguarde las enormes posesiones de los terratenientes.
"El 80% de la tierra cultivable está en manos del 1% de la población, son un puñado de familias que también son los dueños de los medios de comunicación. Entonces, llevan a cabo una estrategia de ocultamiento de la situación e intentan hasta darle un cariz romántico al conflicto mediante producciones de cine y TV como las que retratan la vida de Pablo Escobar", completó.
(Télam)
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