Las cosas raras que hace tu gato ¡tienen explicación! Mirá el divertido video

¿Por qué tu gato te “amasa”? ¿Por qué te trae animales muertos al living? ¿Por qué se mete en cajas y bolsas? Todas estas extrañas conductas tienen su razón de ser.

D-Interés 08 de noviembre de 2022 Redaccion GLP
No cabe duda de que los gatos son adorables. Tampoco se puede discutir que son un poco... raros. Sus corridas repentinas, su costumbre de “amasar” a su humano favorito o la insistencia en dejar en medio de la casa los cadáveres de sus presas son algunas de las actitudes que nos sorprenden en ellos.
A veces parece que lo hicieran a propósito, para desconcertarnos, o como expresión de su personalidad particular.

En realidad, los expertos conocen bien el origen de estas conductas. Sin negar que cada gato tiene su propia personalidad, estas cosas raras que hacen surgen de sus instintos animales, y por eso son comunes a prácticamente todos los miembros de la especie.
En esta nota te contamos las razones de algunas de las tantas cosas extrañas que suelen hacer estos animalitos.



“Amasar”

Estás en la cama, o en tu sillón preferido, leyendo un libro o jugando a tu juego preferido en el celular. De repente, algo se sube a tu panza y empieza a hacer un movimiento rítmico, como si estuviera preparando una masa para pizza.

Claro que sí: ¡es tu gato!

Los gatos domésticos tienen la costumbre de “amasar” a los humanos con quienes comparten la casa. Y esta actitud tan extraña es, de hecho, una buena señal: significa que tu mascota se siente muy cómoda con vos.

El origen de esta actitud se ubica en las primeras semanas de vida del gato, cuando está en la fase de amamantamiento. Presionar las glándulas mamarias de mamá gata, dicen los expertos, estimula la producción de leche. Más tarde, en la adultez, los gatos hacen esto para relajarse, o simplemente para expresar que están contentos.

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Traer trofeos

Un gato es una bola de ternura peluda. También es un cazador sanguinario. Por eso, cuando menos lo esperás, se aparece dentro de la casa con el cadáver de un insecto o, peor, de un inocente pajarito. Una criatura con la que seguramente jugueteó un rato antes de matarla, en un rasgo que en un ser humano nos resultaría cruel.

A no confundirse: tu gato no estaba buscando comida cuando decidió matar a ese pobre pájaro o a esa simpática lagartija. Por otro lado, tampoco lo hizo para amenazarte mostrándote lo que es capaz de hacer, como si te dijera: “¡Ojo conmigo, eh!”. Nada de eso. Simplemente estaba expresando una característica de su ser animal.







Dicen los especialistas que tu mascota, como buen felino, no se considera un individuo solitario, sino parte de un grupo, del que también forman parte vos y el resto de las personas de la casa. Llevarte “trofeos” de sus excursiones de caza es una forma de mostrate su éxito y compartir con vos los frutos de su esfuerzo. También puede ser su forma de agradecerte que le brindes comida y cuidado.

Meterse en cajas y bolsas

Es muy gracioso, y un poco irritante, este hábito de los gatos de introducirse en espacios pequeños, como cajas, bolsas y cajones, aunque existan otros lugares más cómodos y de fácil acceso para descansar.

Parece que esta tendencia gatuna también tiene su causa en el origen salvaje de tu gato, que a pesar de ser un animal doméstico, mantiene sus raíces de cazador intrépido.



Según los estudiosos, los gatos tienden a meterse en espacios reducidos porque esta es la manera que tenían de quedar ocultos de los predadores cuando vivían a la intemperie rodeados de otros animales salvajes.
Y además, como eran (y siguen siendo) cazadores, quedarse a cubierto en algún espacio pequeño les permitía acechar a posibles presas.

Esta necesidad de los gatos de emboscar a sus víctimas y, a la vez, protegerse de otros animales feroces quedó “impresa” en sus instintos y por eso les gusta tanto saltar dentro de la caja donde estabas por guardar los adornitos del árbol de Navidad, o de la bolsa en la que ibas a llevar la ropa al lavadero.



Tomar agua de la canilla

Más de una vez, después de levantarte, habrás ido al baño para lavarte la cara y, al abrir la canilla, tu gato apareció de repente, buscando el chorro de agua para calmar su sed. Y eso, a pesar de que el bol que le dejaste anoche sigue lleno de agua perfectamente limpia y fresca.

¿Por qué los gatos prefieren tomar agua directamente de la canilla?

Esto también tiene que ver con un instinto heredado de sus antepasados.

Como todos los animales salvajes, los felinos tienden a tomar agua de ríos o cascadas, que están en movimiento, que de charcos u otras fuentes de agua inmóvil. Esto es porque el agua puede estancarse y llenarse de bacterias peligrosas para la salud.

En cambio, el agua que corre, es decir, que se renueva, es más segura para beber. Esto es lo que sucede con un río o una cascada... o con la canilla de tu baño.

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BONUS: Cómo desactivar a un gato

No se puede negar que el nombre de la técnica tiene gancho: “clipnosis”. Y si estás pensando en algo relacionado con hipnosis y clips... acertaste.

Los veterinarios usan esta técnica para inmovilizar a los gatos muy nerviosos o movedizos y así poder revisarlos o aplicarles una inyección. Consiste en poner un clip o broche en la parte superior del cuello del animal. Generalmente, esto hace que el felino se quede quieto instantáneamente y retraiga la cola. En ese momento puede pasarle un ratón por enfrente y lo más probable es que no reaccione.

¿Por qué funciona la técnica? Porque los gatos, como otros animales, cuando son chiquitos dependen de su madre para todo. Y cuando una gata tiene que transportar a sus gatitos de un lado a otro, los recoge del cuello con la boca.

En esos momentos los gatitos saben que tienen que quedarse muy quietos para no estorbar, y que, pase lo que pase, están seguros porque su madre los protege.

No es necesario, por supuesto, utilizar un clip. Si te está costando que tu gato se quede quieto en un momento en que realmente necesitás que se quede quieto por unos segundos, podés agarrarlo por esa parte y, por ejemplo, alzarlo para llevarlo a otro lado. Se trata de aferrar la piel del cuello, ¡no de acogotarlo! Hacé como si tu mano fuera la boca de mamá gata.

Si empleás esta técnica con cuidado, tu gato no va a sentir ningún dolor, y va a recuperar su estado normal y alerta ni bien lo sueltes.

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