YSY A: El freestyle se alejo de su verdadera mision, ahora solo piensan en el billete

Diez años atras, YSY A decretaba el punto final de El Quinto Escalon, la ya mitica competencia de freestyle en el porteño Parque Rivadavia que organizaba junto con Muphasa, y, casi en simultaneo, emprendia con la misma soltura un camino dentro de la

D-Interés 11 de junio de 2022 Agencia Télam
Diez años atrás, YSY A decretaba el punto final de El Quinto Escalón, la ya mítica competencia de freestyle en el porteño Parque Rivadavia que organizaba junto con Muphasa, y, casi en simultáneo, emprendía con la misma soltura un camino dentro de la escena urbana.
Hoy, alejado del mundo de las batallas, el rapero compartió su mirada sobre una disciplina que devino en "entretenimiento" con fines de lucro y olvidó su "verdadera misión", la de "crear cultura y despertar cabezas": "Hoy en el freestyle hay empresarios, marcas y sponsors que están metidos por el rédito económico y nada más", sostuvo el rapero, en una extensa charla con esta agencia.
Télam: ¿Fue necesario matar artísticamente al Quinto para que floreciera una escena musical?
YSY A: Para mí había que ponerle fin a eso para darle inicio a algo nuevo. Algo tenía que morir para que nazca algo tan zarpado, tan nuevo. En el momento la cuestión estaba muy viciada por la cuestión material, y más que por la cuestión material por una moda efímera, y yo sabía que la historia estaba en la música y no en un show de entretenimiento nada más, porque la música excede al entretenimiento, es energía que se te mete en el alma. Entonces creo que fue fundamental y por eso tomé la decisión en su momento. El Quinto Escalón terminó en noviembre de 2017 y en enero de 2018 estábamos haciendo 50 shows en un mes, cosa que en el Quinto no hubiese pasado.
T: ¿Puede volver a reeditarse en el hip-hop argentino una experiencia similar?
Y: El freestyle va a poder ser algo grande, enorme y hasta más grande que El Quinto el día que los organizadores de esos eventos no estén pensando en el rédito económico y estén pensando realmente en un impacto cultural como yo pensé cuando lo creé. Lo terminé matando porque el potencial económico que podía haber estaba desenfocando la verdadera misión que tenía ahí adentro. Yo estaba creando cultura y buscando despertar cabezas, no lucrar con esas cabezas a raíz de entretenerlas. Es lo que están haciendo ahora, ahora atienen un show de entretenimiento. No son competencias de freestyle, ahora es show de competencias donde los pibes no improvisan y se preparan las rimas. No disfrutan más el hecho de rapear, están esperando que les bajen un sueldo y ver cómo subir en una tabla de puntos para poder hacer más plata, que vengan más patrocinadores y tener un sueldo mejor. Al día de hoy lleno un estadio y no pienso en la plata que me llevo sino en que la experiencia sea única, algo incomparable. Hoy en el freestyle hay empresarios, marcas y sponsors que están metidos viendo el rédito económico nada más. Y termina pasando lo mismo que en otras áreas, donde se pierde la disciplina porque hay un billete que dice las cosas que hay que hacer y las cosas que no. A mí la plata nunca me va a poder manejar, ni a mí ni a los proyectos donde yo esté.
(Télam)
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