Sebastian Suñe se multiplica en Una obra para mi y en la cartelera porteña

Sebastian Suñe es creador, director y protagonista de "Una obra para mi", que puede verse viernes y sabados en Espacio Callejon y confirma su prolifico presente autoral, que se completa con "Delia", tambien en la cartelera teatral porteña actual, y

D-Interés 01 de diciembre de 2021 Agencia Télam
Sebastián Suñé es creador, director y protagonista de "Una obra para mí", que puede verse viernes y sábados en Espacio Callejón y confirma su prolífico presente autoral, que se completa con "Delia", también en la cartelera teatral porteña actual, y "Caníbal", que hizo funciones hasta el mes pasado.
"Hay fuertes equipos de trabajo que confían en mi pluma y un público que poco a poco va siguiendo ese senderito de postas que uno va a armando con sus obras", señala el artista en entrevista con Télam, como explicación de esa rara pero celebrable omnipresencia en distintas salas de la Ciudad.
"Tiene que ver con que el teatro es un hecho colectivo y cada compañía está con ganas de volver a hacer lo que amamos luego de la larga pausa pandémica", abunda Suñé en relación a esta superposición de creaciones propias en la escena local.
En un plano más personal, el teatrista cordobés, nacido hace cuatro décadas en la ciudad de Río Cuarto pero criado en Achiras, repasa: "Hace ya unos 20 años que vivo en esta ciudad y desde que llegué con mi valijita a la pensión de la calle Uriburu nunca me detuve, siempre indagando en todo lo relacionado a la interpretación hasta llegar a la dramaturgia".
"Con 'Delia', mi primera obra como autor y director, que se estrenó hace nueve años en el teatro Beckett (y en su nueva versión le queda una velada del jueves a las 21 en la sala NÜN de Juan Ramírez de Velasco 419), se inauguró un nuevo camino impensado, pero que como todo lo que llega sin que sea tan buscado, enamora. Y me sentí completo, me di cuenta de que lo que más me gusta es armar mundos más que interpretarlos (o solo interpretarlos)", asegura.
El camino de Suñé, quien además es docente de teatro y Magíster en Creación Literaria por la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona (2018), lo condujo hasta un presente en el que "Una obra para mí" (que sube a escena en Espacio Callejón de Humahuaca 3759 los jueves a las 21 y los viernes a las 22.30) lo tiene en el triple rol de autor, director (junto a Lía Bagnoli) e intérprete, compartiendo este último rubro con Francisco Bertín.
Télam ¿Cómo se dio la decisión de ficcionalizar lo cotidiano que es el recurso al que apelás en "Una obra para mí"?
Sebastián Suñé: El intentar armar una obra teatral partiendo de un hecho de mi vida personal surge después de ver "Dolor y gloria", de Pedro Almodóvar. Esa noche salí del cine y me senté a escribir sin un rumbo definido (algo bastante extraño en mí) y así fue por días y días. La obra apareció recién en las reescrituras posteriores. Creo, retomando la pregunta, que la decisión de volver ficción aspectos de la vida cotidiana surge también por las lecturas de esos momentos: estaba leyendo a Alberto Fuguet ("Missing" y "No ficción") y "Opus Gelber", de Leila Guerriero, y lo que me fascinó de estos libros era la imagen del narrador devenido en personaje.
T: ¿En ese sentido puede considerarse tu creación más singular?
SS: "Una obra para mí", mi obra número 15, es, hasta el momento, mi creación más singular. Ya por la estructura elegida al narrar o por la multiplicidad de estilos interpretativos que la sostienen, en definitiva por cómo elegí contar lo que se cuenta y ser honesto con lo que necesitaba contar sin hacer concesiones, ni a la trama, ni a la estructura, ni a nadie. Y eso para mí fue un paso gigante.
T: ¿Cómo sentís que se relaciona "Una obra para mí" con "Delia" y "Caníbal"?
SS: Las tres son obras para actores. Digo, en las tres lo que prima por sobre todo es el juego actoral, son obras que se sostienen solo si les actores lo dan todo de sí y se proponen sumergirse en el juego durante la hora y pico que dura el espectáculo. Mi formación primigenia es actoral. Estudié en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático, de donde egresé en 2003 como actor. Creo que eso hace que mi escritura esté siempre anclada al posible juego que les actores deban realizar. Es como si la trama fuese una excusa necesaria para que ellxs salgan a darlo todo.
T: ¿Reconocés en ellas una caligrafía común? ¿Y dónde se aprecian las principales diferencias?
SS: En las tres el humor está presente. En "Delia" el humor está en primerísimo primer plano. En "Caníbal", mi primera incursión en el music hall, el humor sigue presente pero no como objetivo primordial sino la crítica social y algo de lo que algunos llaman el teatro de las ideasÂ… En "Una obra para mí" el humor sigue estando, pero en algunos momentos, es un humor que se entrega en pequeñas pinceladas. En esta obra la estructura es lo principal, eso y el juego de mamushkas: una obra dentro de otra, y de otra y de otraÂ…
Así como el humor las emparenta a las tres, las principales diferencias aparecen desde lo estilístico, una madurez, una evolución en la manera de desarrollar la trama. Hoy en día me siento mucho más afianzado como dramaturgo y quizás por eso me arriesgo decir lo que dije, pero soy de la idea de que las cosas pueden ser lo opuesto a lo que yo percibo.
T: ¿Qué planes y proyectos hay en tu horizonte?
SS: Estoy trabajando como dramaturgista para una obra que dirigirá Jimena del Pozo en el marco del FIBA el año próximo, viendo si es posible publicar mi primera novela y dándole forma, por ahora en la cabeza, a una obra que hace rato vengo rumiando y que me seduce mucho. El tema es que es carísima de hacer y salvo que se haga en un teatro oficial o que las entidades que otorgan subsidios confíen en el proyecto, no sé cuándo verá la luz. (Télam)
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