Morrissey se niega a ser un ladrador encadenado y se mofa de la sociedad inglesa

El influyente cantautor britanico Morrissey edito su nuevo disco "I'm not a dog on a chain" que al traducirlo como "No soy un perro encadenado" confirma el deseo del artista de seguir como un acido narrador de la realidad y generar fuertes polemica.

D-Interés 20 de marzo de 2020 Agencia Télam
El influyente cantautor británico Morrissey editó su nuevo disco "I'm not a dog on a chain" que al traducirlo como "No soy un perro encadenado" confirma el deseo del artista de seguir como un ácido narrador de la realidad y generar fuertes polémica.
Más allá de que en los últimos años, Morrissey desilusionó a millones de seguidores por volcarse a la derecha y apoyar el Brexit, en este disco mantiene en pie su visión acida y su lugar de exquisito narrador de la realidad londinense, con importantes y modernos arreglos musicales que le permiten coquetear con lo mejor de la escena electro-rock.
El disco abre con "Jim Jim falls" acompañado por una bateria digital bien groovera al punto tal que parece una canción de los Happy Mondays, aunque la voz de Mozz y su mal humor con el que parece criticar a la feligresía de centroizquierda británica con frases como "Si vas a saltar, salta ... Si vas a correr a casa y llorar, entonces no pierdas mi tiempo".
La sigue “Love is on its way out”, en tono intimista y moderno con máquinas y sintetizadores por todos lados y las guitarras bien procesadas. A lo largo de las letras del disco, Morrissey demuestra no haber perdido el gusto por la pelea, el debate, el barro, el desprecio, la abrasadora autocompasión y el sarcasmo.
En "Bobby, Don't You Think They Know", Mozz se la toma con un cantante no especificado y hambriento de drogas en medio de estallidos de electro-rock tipo Garbage con un piano al frente. En esta canción Stephen Patrick Morrissey comparte protagonismo con la leyenda de Motown Thelma Houston, que demuestra su potencia vocal y le da un toque novedoso y fresco a la canción.
La canción que le da título al disco es musicalmente mucho más alegre y atrae influencias de un clásico de los The Smiths como "Nowhere Fast". En esta canción Morrissey elige a sus víctimas predilectas, los tabloides británicos y su hambre voraz y se burla de ellos con mucho humor.
"What Kind of People Live in These Houses?" tiene un acompañamiento musical entre pop moderno, folk y country, y Morrissey con absoluta calma se despacha contra el electorado del interior de Gran Btetaña con la frase "miran la televisión, pensando que es su ventana al mundo". Caiga bien o mal, es un auténtico y sarcástico Mozz cargándose la vida inglesa con la pericia de un cirujano, bisturí en mano.
"Knockabout World" es un pop fresco, casi hilarante por sus arreglos de sintetizadores, pero cuando es así es sabido que Morrissey va a aprovechar para sacar su lengua filosa y va lanzar críticas y vilipendios en una aguda mirada sobre el comportamiento de sus compatriotas británicos, Los arreglos recuerdan a los Bronski Beat y a los Stone Roses.
Esa línea sigue en "'Darling, I Hug The Pillow'" acompañado por trompetas sintetizadas, mientras que "Once I Saw the River Clean" lo acerca a Yazoo y al Depeche Mode de los 90 con máquinas y sintetizadores como único acompañamiento instrumental.
En "The truth about ruth", el productor Joe Chiccarelli ensambla una ensalada de piano, mandolina, harpsichord y espectrales coros de soprano para que Morrissey se recueste sobre ellos y cuente un aguafuerte británica.
“The Secret Of Music” también tiene una orquestación pop antigua para que Mozz haga un ejercicio egomaníaco, pretendiendo dejar sentado un decálogo de pasos a seguir en la industria. El disco cierra con "My Hurling Days are Done" que tiene una melodía pastoral, bien melancolica. Le da al disco un cierre notable. (Télam)
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