Las Bodas Quimicas le ponen distorsion con Ley de Gravedad

El destacado cuarteto porteño Las Bodas Químicas regresó con su nuevo trabajo "Ley de Gravedad", mientras que los Superamy reunieron un puñado de bonitas canciones.

LAS BODAS QUÍMICAS-“LEY DE GRAVEDAD”

Este interesante cuarteto del rock independiente argentino acaba de lanzar su nuevo trabajo en el que rockeriza y endurece su sonido, y a la vez lo urbaniza en su poesía.
“Plan Maestro” abre el disco con la guitarra distorsionada a full, riffeando blues moderno y crudo y sobre esa base bien rockera se montan las bases de la canción en la que la banda parece ponerle cierta ironía a esos rockeros que crecen imitando a otros. El combo formado por José Lavallén, Nicolás Daniluk, Andrés Tersoni y Roco Collado sigue la línea rockera con “Urge” con las guitarras bien al frente, las voces casi en un grito y la base bien machacante.
“Ley de gravedad” arranca rockera pero la forma de cantar introduce aires rioplatenses al igual que la base, mientras Sergio Dawi se suma en arreglos de saxos. “Gracias” es más canción rock de pura cepa argentina con un buen trabajo de voces y fuerza de hit con interesantes arreglos.
“La Flor del rencor” ubica a Las Bodas Químicas cerca de Acorazado Potemkin por sus estrechos vínculos con Don Cornelio y la Zona, por la forma de cantar, mezclando tics rockeros con momentos arrabaleros, a pura poesía urbana que recuerda a Palo Pandolfo.
“Ojalá” mantiene el pulso rockero porque las Bodas Químicas endurecieron su sonido. Mientras que en “Erase” la banda recupera las sutilezas, la elegancia pop, baja un tono y logra una hermosa melodía.
En “Inocente” la banda toma energía y comienza arengar con una marchita que seguramente será muy cantada por sus fans. “Revel” tiene como invitado a Richard Coleman en un tema más lento con cierta épica, voces muy bien trabajadas y las guitarras sacándose chispas. La canción tiene una interesante carga poética pero también exuda urbanismo. El disco se cierra con “El efecto” con gran velocidad, urgidos como al principio.

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SUPERAMY-“COLLAGE”

Nuevo disco del proyecto del argentino Sergio Gruber que cultiva una canción pop/rock argentino con interesantes invitados como Cucho Parisi en “La canción” que está trabajada con manos de orfebre pop y cuenta con interesantes arreglos de voces.
Y la melodía habla de “amigos de este club, familia musical” y ese es el ADN de este puñado de piezas.
“Bajo el árbol amigo”, Gruber pone su voz al frente y detrás de él, la banda viste todo con un rockito bien cancionero y pegadizo. Simple, natural, romántico, dulce y melancólico son algunas definiciones que encajan en estas canciones.
En “La Educación Prohibida”, Gruber mete un comienzo de marchita y luego unos arreglos de cuerdas que embellecen la canción y se queja sobre aquellos sistemas educativos que convierten al hombre en esclavo y le podan las alas de la libertad, le arrancan los deseos. La influencia, bien actualizada, es hermosamente beatle con ese final guitarrero en la que un solo empuja hacia arriba.
“El Puente de Triana” recuerda los años de Gruber en España con su voz recordando a la Kiko Veneno y la melodía a Enrique Urquijo y al grupo español Los Secretos y sus hermosas melodías. “Bienvenidos” es una hermosa pieza tex-mex que parece reunir lo mejor de los Lobos y de Intocable, la nueva figura de la música folclórica de la frontera entre México y Texas, aunque la letra le rinda homenaje a los Beatles.
En “Storni” un piano melancólico anuncia que Gruber se va a poner poético recordando a la poetisa argentina con una base de pop rock muy bien presentada. “Fuego” es un romance mal terminado convertido en canción de estilo americana con muy buen trabajo de las guitarras, mientras que en “Paraíso Personal”, las guitarras llevan la marcha con una letra más optimista.
El estilo americana regresa en “Tu ley” con un interesante trabajo de la slide guitar. “Idiotas” y “Carta a donde estés” responden al ADN de la canción rockera argentina, con momentos muy bien logrados. El cierre del disco es a puto country y slide con “Amo mi playa” dándole aires surfer a una canción bien campestre. (Télam)