¿Que hago en este mundo tan visual?, o la forma poetica de vivir de un artista ciego

El musico y realizador Manuel Embalse estrena hoy en salas locales su opera prima "¿Que hago en este mundo tan visual?", filme que retrata la vida de Zeze Fassmor, un artista que filma y saca fotos pese haberse quedado ciego, en el que destaca su

D-Interés 19 de enero de 2023 Agencia Télam
El músico y realizador Manuel Embalse estrena hoy en salas locales su ópera prima "¿Qué hago en este mundo tan visual?", filme que retrata la vida de Zezé Fassmor, un artista que filma y saca fotos pese haberse quedado ciego, en el que destaca su especial relación con la tecnología y las imágenes.
“En la película me interesaba focalizar el vínculo entre lo humano, la tecnología y la naturaleza, pero desde el sonido, la ceguera y el arte”, explicó Embalse en una entrevista con Télam.
El filme cuenta la historia del artista peruano multidisciplinario Zezé Fassmor, quien comenzó a perder la vista en 2010 cuando tenía 25 años a partir de una enfermedad autoinmune, y a pesar de los numerosos tratamientos que realizó sin éxito mantiene una firme esperanza de que con el avance de la ciencia algún día pueda recuperar la visión. Mientras tanto saca fotos a sus afectos y a los espacios que habita, de modo que en el futuro, si se concreta su sueño, podrá ver todo el archivo que registró.
A Zezé la tecnología lo mantiene conectado, por ejemplo, en las redes sociales y a su vez la utiliza para obtener información de lo que necesita a diario y para poder realizar sus actividades, su rutina, algo que se ve reflejado en el viaje que emprende en la película.
“Pensé en hacer una 'raod movie' que sea un híbrido entre el documental y la ficción, donde Zezé se despierta en su casa, se toma un avión a las Cataratas del Iguazú haciendo un diario de viaje”, dijo el cineasta, quien tiene publicados dos libros de poemas.
“También me atraía darle lugar a la escucha e intentar que el espectador acompañe, desde ese sentido en particular, a una persona ciega en un viaje turístico”, abundó Embalse.
"¿Qué hago en este mundo tan visual?" se estrena hoy en el cine Gaumont, y todos los sábados de febrero a las 18 se podrá ver en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken.
Télam: ¿Qué te llevó a realizar un documental sobre Zezé?
Manuel Embalse: En ningún momento pensé que podía hacer un documental "sobre" él, sino más bien "con" él. El disparador que me hizo pensar que podía hacer una película era su vínculo particular con la tecnología y las imágenes. Pero, también, la sensibilidad con la cual se maneja ante el mundo y su forma poética de sobrellevar la vida a pesar de la pérdida de la vista.
Reflexionando sobre la producción de imágenes en la era digital, la evolución de la industria tecnológica en función de los avances militares, la vigilancia, las cámaras de seguridad y otros temas un tanto más oscuros, el encuentro con Zezé vino a hackear un poco mis pensamientos. Trataba de entender por qué producimos tantas imágenes, para qué, cómo, todo muy mental. De repente apareció él, que filma y saca fotos a sus afectos y a los espacios que habita sin poder verlos.
Yo estaba muy en mi mundo de "vidente" quizás, cuestionando el uso del celular y que filmamos cualquier cosa y le pagamos a Google Drive para guardar nuestra memoria de imágenes, y de repente vino Zezé a dar vuelta el tablero.
T: ¿Cómo fue la elección de qué contar en la película?
ME: El relato surgió a partir de charlas que tuvimos. Mi idea de película se basaba en el vínculo entre Zezé y la tecnología, pero a la vez convivían muchos subtemas, como la poesía y el baile, la ciencia ficción, la inteligencia artificial y el sonido de la naturaleza. Siendo músico, yo le hacía muchas preguntas sobre su entorno sonoro y cómo se manejaba por la ciudad, ya que él había visto el mundo hasta los 25 años y sabía cómo moverse. Empezamos a hablar sobre Siri, la inteligencia artificial de su celular, y su vínculo con ella, como una especie de guía por la vida. Más allá de que es una de las personas más sociables que conozco, su fortaleza para manejarse solo en una ciudad hostil como Buenos Aires me pareció inmensa, pero sentía que podríamos alejarnos de esta urbe y explorar otros espacios.
T: ¿Y en cuanto a la selección de imágenes?
ME: Una premisa que propone la película es darle atención a lo sonoro, al oído, a la escucha. Después, trabajamos también con las fotos fijas que sacó Zezé desde que se quedó ciego, el archivo personal de su infancia en Perú y también quería experimentar con la idea de Siri, una inteligencia artificial sin forma y sin una identidad estética muy clara, por lo que daba mucho espacio para inventar. Ya que él tiene un vínculo bastante particular y gracioso con esa aplicación, me parecía que si íbamos a generar imágenes 3D de la mente de Siri, tenían que ser dentro de una escena lúdica, donde el juego creativo tenía que predominar.
Y también cómo filmar a Zezé sin tratar de emular su punto de vista, sino más bien hacerlo desde una cámara íntima y cercana que lo acompaña en el viaje. A la vez, queríamos jugar y experimentar, pensando un poco en cuestionar este mundo que cada vez pide más píxeles y altas definiciones, y trabajar visualmente lo brumoso, lo extrañado, el ruido, ya que nos parecían características interesantes para aplicar en la imagen de la película.
T: La cámara estuvo a cargo de Zezé, ¿qué motivó esa decisión?
ME: Me interesa el soporte del celular para hacer cine desde siempre, ya que es una herramienta que cada vez filma mejor. La idea del registro urgente, espontáneo y cotidiano.
Cuando Zezé me mostraba los videos que filmaba siempre supe que iban a ser parte de la película, porque hay algo en ese gesto de "filmar sin ver" como forma de vida que me atraía muchísimo.
T: ¿Qué pensás que se va a llevar el espectador luego de ver esta historia de vida?
ME: Comprender un poco más cómo una persona ciega habita este presente contemporáneo lleno de imágenes y tecnología. También me encantaría que pudieran prestarle más atención al sonido en general, de su vida, de su entorno, de su barrio, de su casa, de su cuerpo. Sabemos que una película no le cambia la vida a nadie, pero sí te transforma, y creo que el cine provoca sensaciones físicas y mentales que quedan latentes durante mucho tiempo. Y, sobre todo, me encantaría que empaticen con Zezé y su admiración a vivir creando en esta realidad que pareciera darnos malas noticias todo el tiempo, mientras habitamos en este planeta donde la naturaleza está en una cuenta regresiva inminente a causa de un capitalismo violento que descarta a las personas. (Télam)
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