Gran despliegue actoral de Cibrian Campoy y Saccone en dispar fresco humano

La versatilidad de Pepe Cibrian Campoy y Viviana Saccone, capaces de animar con gracia y solvencia una diversa galeria de personajes, destaca en la propuesta de “Por el nombre del padre” que el artista de 71 años tambien escribio y dirige.

D-Interés 11 de enero de 2020 Agencia Télam
La versatilidad de Pepe Cibrián Campoy y Viviana Saccone, capaces de animar con gracia y solvencia una diversa galería de personajes, destaca en la propuesta de “Por el nombre del padre” que el artista de 71 años también escribió y dirige.
Todo el despliegue de la dupla para dotar de vida a criaturas de variado carácter pero histriónica ternura, estructura un relato que reconoce, al mismo tiempo, su impacto humano y sus vaivenes dramáticos.
En principio, Cibrián Campoy y Saccone son Pato y Lala, un matrimonio acomodado que reúne a un médico y a una doctora en bioquímica que enfrenta una decisión vital en torno al esposo.
Pero ese trance, contenido e inquietante, comienza a desflecarse en el vértigo un tanto desmesurado que proponen las irrupciones de la desopilante Jacinta (una portera española a cargo de Cibrián Campoy) o la conflictuada y sensual Barroca (hija del matrimonio, en la piel de Saccone).
Los demás herederos de la pareja (una hija en shock que le cuenta por teléfono a su madre una revelación sobre su propio marido y la aparición del budista Marcelo en una interpretación caricaturesca), tampoco quieren atender al llamado familiar para compartir una noticia impactante pero que al no ser presentada como “grave” no logra arrancarlos de sus ocupaciones específicas.
Ese tránsito (sumado a otros llamados telefónicos de los padres de él y la visita de los progenitores de ella) aportan a un clima de sainete un tanto distante de la crisis bosquejada al inicio aunque generosamente celebrada por la platea del Picadilly.
El desenlace de la situación recupera el tono inicial y allí la intérprete -que sorprende por su veta cómica- exhibe su estatura dramática para un final cargado de humanismo y que propone una reflexión acerca de los vínculos y el modo de relacionarse.
“Por el nombre del padre”, con música original de Esteban Dansker y escenografía de Daniel Feijoo, puede verse de miércoles a domingo en la sala ubicada en Av. Corrientes 1524. (Télam)
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