Alfredo Arias: Ella vive una sexualidad que no es ni lesbiana ni heterosexual

La obra "Hermafrodita", con dramaturgia de Alfredo Arias y coreografia de Mayra Bonard y Carlos Casella, enfoca la vida y las circunstancias de un seudohermafrodita frances del siglo XIX y se vera en el auditorio del Malba, Figueroa Alcorta 3415,

D-Interés 17 de enero de 2020 Agencia Télam
La obra "Hermafrodita", con dramaturgia de Alfredo Arias y coreografía de Mayra Bonard y Carlos Casella, enfoca la vida y las circunstancias de un
seudohermafrodita francés del siglo XIX y se verá en el auditorio del Malba, Figueroa Alcorta 3415, barrio de Palermo, el lunes 27, el miércoles 29 y el viernes 31 de enero en el inusual horario de las 16.
El trabajo reúne una dramaturgia teatral con una experiencia coreográfica y se basa en el libro "Herculine Barbin, llamado Alexine B.", sobre ese personaje francés, editado un siglo después, en 1978, con prefacio Michel Foucault.
"Se trata de memorias auténticas, no ficcionalizadas -señaló Arias en diálogo con Télam-. La historia fue escrita en primera persona y es la muestra contundente de algo que sucedió a fines del siglo XIX."
Télam: -¿Cuál es la relación del asunto con su tiempo?
Alfredo Arias: -Foucault hace un análisis sobre cómo la sociedad de aquel momento reacciona frente al hecho del hermafrodita, aunque ahora se ha vuelto un tema muy pertinente; pero la obra no tiene una ambición de referir la realidad actual porque estamos hablando de un material histórico.
Ahora hay chicos que ya a los 9 o 10 años le reclaman a sus padres el cambio de identidad, de sexualidad. Acá se está hablando de un caso muy particular, que no es solamente la idea de que una persona diga de que está en un cuerpo equivocado.
Éste es un cuerpo que tiene signos de dos sexos y la problemática es que el personaje es inscripto como niña en el Registro Civil, ingresa a una escuela religiosa y a partir de ahí empieza a tener relaciones sentimentales y sensuales con algunas de las pupilas. Hasta que hay una historia más seria, más comprometida, más íntima, con la hija de la directora del colegio.
T: -¿Cómo se pensó la puesta?
AA: -La idea era departir como en una conferencia, por eso se eligió el escenario del Malba; aparecen dos personas que van explicando y meditando sobre la historia y la problemática de este ser, a través de los episodios que lo llevan a percibir su cambio.
T: -¿Cuándo comienza la crisis del personaje?
AA: -En realidad, lo que pasa es que siente un dolor tremendo en la ingle, porque tiene atrofiado un testículo, y entonces es ahí donde los médicos meten mano y empiezan a descubrir toda esa incógnita humana que la naturaleza quiso crear.
Venía de clase muy pobre y el problema es que cuando la naturaleza la sostiene en un limbo, es decir que no lo obliga a denunciarse por los dolores y el sufrimiento, ella vive una sexualidad que no es ni lesbiana ni heterosexual, sino algo que le parece natural a ella, porque era una chica de una familia modesta, aunque bastante instruida.
Pero cuando la sociedad interviene se pasa a un proceso jurídico en el que la obligan a cambiar su sexualidad y es inscripta como hombre, en lo que no sabe cómo debe comportarse. "Yo aprendí a vivir como mujer y estoy totalmente desarmada para llevar adelante una vida de hombre", dice, y termina suicidándose.
T: -Es una conferencia pero también hay una coreografía...
AA: -Hay una parte que es bastante conceptual, donde se van evaluando las situaciones particulares y sociales del momento, pero cuando se empieza a contar la historia de ella hay apariciones coreográficas que no son ilustrativas del texto, que es lineal y cuenta episodios de su vida.
Lo que Carlos y Mayra van haciendo son más bien fantasmagorías o alucinaciones sobre lo que podría ser un cuerpo especial; es muy fuerte lo que hacen. Confieso que yo nunca hubiera hecho esto si no fuera por ellos porque no es el tipo de experiencia que nos da un Pirandello, cuando uno se pone a reflexionar a ver con quién y cómo se puede hacer.
A Carlos yo lo conozco desde siempre y si bien con Mayra nunca trabajamos juntos me parece una mujer que tiene una relación única con su cuerpo, única en su femineidad; no sé a quién se le podría pedir hacer una cosa así si no fuera ella, construida intelectualmente de esa manera.
T: -¿El problema estaba en el personaje o en el medio que lo rodeaba?
AA: -El problema en este caso era la presencia física de los dos sexos; no es el caso de un hombre bien constituido que decide hacer una transición hacia otro género. Nosotros lo explicamos todo, porque incluimos hasta la autopsia del cuerpo y vemos cómo ese cuerpo estaba constituido.
En esos momentos la cirugía no podía decidir; la idea era que se anotaba a la persona con el sexo predominante y solo en el momento de su casamiento la persona podía cambiar esa designación.
Después la cuestión viene cuando se abre todo el sistema de transformación metabólica y quirúrgica y la novedosa concepción, para aquel momento, de una persona que puede vivir rechazando toda sexualidad.
(Télam)
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