El director técnico Alejandro Sabella y el actual presidente de Estudiantes de La Plata, Juan Sebastián Verón, capitán del equipo que hace diez años logró la cuarta Copa Libertadores en la historia del club, coincidieron en que la coronación de aquel título, en la edición número 50 del máximo torneo continental, fue "algo impensado".
Aquel 15 de julio de 2009, Belo Horizonte fue testigo de una nueva hazaña posibilitada por la "mística" copera de Estudiantes, que con el apoyo de unos seis hinchas silenció a la marea azul que había invadido el estadio "Mineirao"
"Grandes historias superan el tiempo", rezaba un mural en la plaza principal de la ciudad, que sin dudas fue inspirador para un equipo capaz de convertir en realidad lo que parecía un sueño inalcanzable: devolver al "Pincha" a los primeros planos del fútbol continental y mundial.
En un extenso díálogo con Télam, Verón revive la gesta: "No me imaginé levantar la Copa. Fue algo impensado en la previa y no fue fácil el desarrollo. Creo que nos sirvió como experiencia la final de la Sudamericana que habíamos perdido seis meses antes con Inter de Porto Alegre".
Del mismo modo, Sabella, que también dialogó en exclusiva con Télam para recordar el logro, admitió que "de ninguna manera" pensó que podía ser campeón de aquella Libertadores.
"Si no le ganábamos a Deportivo Quito, a los pocos días que asumí el cargo, prácticamente nos despedíamos de la Copa. No podía pensar más allá. Era la peor manera de empezar un ciclo en el equipo que quiero y en la Libertadores, que para el club tan especial", evocó el entrenador.
Sabella se apasionó: "Siempre hay que tener un sueño, una visión superadora, un objetivo para crear ilusiones. Las ilusiones son como las alas de las aves, sin ellas no podemos volar. Creo que lo importante fue el día a día, había que ser fiel a la historia".
Verón contó que "desde el primer día Alejandro transmitió algo distinto desde la sencillez e involucró a todos para hacerlos sentir importantes".
"El comienzo fue muy duro, casi nos quedamos afuera de la fase de grupos hasta que llegó aquel gol de Ramón (Lentini) a poco del final ante Sporting Cristal, que nos dio la clasificación. Luego no empezamos bien hasta que en los cruces de octavos nos empezamos a sentir de otra manera", rememoró el capitán.
El primer escalón era Libertad de Paraguay, después llegaron Defensor Sporting y Nacional de Uruguay y el "Pincha" no paró de ganar. "Empezamos a sentir la sensación que ahí podía ser. Teníamos un equipo muy maduro, muy bien formado, muy duro, mucha mentalidad, un equipo fuerte en todo sentido. Si pienso en esos cruces Libertad creo que era el mejor equipo", aseguró Sabella.
Por su parte, la "Brujita" resaltó: "En octavos nos empezamos dar cuenta que podíamos aspirar a algo más, siempre y cuando el equipo se siguiera consolidando. Encontramos un funcionamiento, una idea. Todo sumado al momento del equipo y a un estado anímico muy alto".
La final con Cruzeiro comenzó con un empate sin goles que en muchos provocó desazón para la revancha. "Ese equipo se sintió siempre mejor definiendo de visitante. Algo un poco histórico del club. El 'Chapu' (Rodrigo) Braña estaba loco porque no habíamos ganado, pero con el correr de las horas se tranquilizó", recordó Verón.
"El resultado no era del todo malo, nos tenían que ganar allá y nosotros estábamos seguros del partido que teníamos que hacer. Lo preparó bien Alejandro y a partir de esa seguridad fuimos a hacer un gran partido", abundó.
"Cuando les ganamos 4 a 0 en la fase de grupos nos cruzamos con Claudio (Gugnali) y al unísono dijimos ojalá nunca más los tengamos que cruzar. Era fundamental no desesperarnos pero mi tranquilidad se dio cuando llegamos al estadio. Fue impresionante como cantaban los jugadores, los brasileños que estaban afuera se habrán asustado y pensaron estos vinieron a ganar en serio. Nunca lo viví, esa intensidad no la viví jamás", reconoció Sabella.
Y Estudiantes lo hizo: fue tetracampeón de América. Pasaron 10 años pero las grandes historias superan el tiempo. (Télam)