El ex director técnico de Estudiantes de La Plata y del seleccionado argentino Alejandro Sabella vivió con una "máxima alegría" el pitazo del árbitro chileno Carlos Chandía, que decretó la coronación del "Pincha" en la Copa Libertadores 2009 tras ganarle la final a Cruzeiro de Belo Horizonte en el estadio Mineirao.
A diez años de la gesta, el entrenador rememoró: "Creo que para decirlo gráficamente el último minuto no sé si vi el partido. Lo miraba a Chandía y miraba también la pelota. Tenía un ojo en cada lado, no dejaba de mirarlo, cuando miraba el reloj, cuando levantaba los brazos".
"Mi pensamiento estaba en lo que siempre le decía a los jugadores: la gloria. Yo quería y queríamos la gloria. Pensaba en sus brazos y en que pitara. Fue mi máxima alegría, como técnico se vive de otra manera, desgastante, estresante. Fue Chandía, el silbato y la gloria", destacó.
Por su parte, Juan Sebastián Verón admitió que no se acuerda "de nada" después del silbato del referí. "Sí, del abrazo con Enzo (Pérez), que me levantaba. Pero del pitazo no me acuerdo. Se me apagó la luz. Lo venía hablando, le decía te regalo la camiseta si no das tiempo adicionado".
"En la premiación, casi se me cae, un papelón. Es difícil disfrutarlo tanto en el momento, lo terminás de dimensionar con el tiempo. Lo viví con mi viejo. El presente lo vivís un rato pero al otro día ya estás pensando en el próximo partido. Con el tiempo le das más valor. Y hoy nos damos cuenta lo lindo y difícil que fue. Ojalá se pueda repetir". (Télam)