Los dos accidentes que pusieron a Fangio muy cerca de la muerte

La muerte, ese fantasma con el que ningun piloto quiere toparse, acorralo por dos veces a Juan Manuel Fangio en sendas carreras, en diferentes categorias y distintas latitudes.

Deportes 23 de junio de 2021 Agencia Télam
La muerte, ese fantasma con el que ningún piloto quiere toparse, acorraló por dos veces a Juan Manuel Fangio en sendas carreras, en diferentes categorías y distintas latitudes.
La primera de ellas se dio en ruta, en la tradicional prueba Buenos Aires-Caracas 1948, con un Turismo Carretera, en la que falleció su acompañante, el mendocino Daniel Urrutia.
La segunda vez ocurrió, ya en Fórmula 1, en Monza 1952, cuando se despistó con su Maserati y estuvo inactivo por seis meses.
"No corras, vos tenés una linda familia, y no te conviene correr", fue el consejo que le dispensó el balcarceño Fangio a Urrutia, quien se había afincado en la ciudad bonaerense de Mercedes, antes de partir a la aventura de la expedición Buenos Aires-Caracas, 1948.
Premonitoriamente, Toto Fangio, preparador de la cupé, construyó en su taller una especie de "jaula antivuelco" para proteger a los tripulantes, e instaló un arco de caño de acero que pasaba por arriba de las cabezas de ambos y otros "largueros" para resguardarlos ante cualquier accidente.
El 20 de octubre de 1948, desde la sede central del ACA de la Avenida Del Libertador al 1800, se lanzó el contingente de vehículos que participaban en la competencia continental.
La carrera ofreció un duelo entre Fangio-Urrutia y Óscar Gálvez-Herrero, ya que los primeros habían logrado ganar la quinta etapa, La Paz-Arequipa, del Gran Premio Internacional del Norte.
En la etapa Arequipa-Lima, Fangio sufrió la pérdida de una rueda de su Chevrolet, lo que implicó un retraso hasta la decimotercera posición. Entonces, los pilotos casi ni durmieron para reparar el auto y salir hacia el siguiente tramo entre Lima y Tumbes, en territorio peruano.
Durante la mañana del 29 de octubre, después de haber trabajado en la noche anterior, el oriundo de Balcarce no estaba en las condiciones físicas ideales. Es que la inminencia de un golpe militar en Perú hacia el Gobierno de José Luis Bustamante y Rivero había acelerado los tiempos de la prueba.
En plena marcha, el reflejo de las luces del automóvil de Oscar Gálvez cuando estaba amaneciendo le complicó la visión a un Fangio cansado y que debía someterse a esfuerzos sobrehumanos para no cerrar sus ojos.
Al cruzar el pueblo de Huanchaco, unos 50 kilómetros después de la ciudad de Trujillo, el "Chueco"' se agarró fuerte del volante para no encandilarse con las luces y sufrió uno de los escasos accidentes de su carrera.
El balcarceño no apreció bien una curva a la izquierda, se despistó de la ruta a unos 140 kilómetros por hora y el automóvil dio tumbos por el talud de tierra. Las puertas se abrieron y Urrutia salió despedido fuera del coche
Fangio se salvó de milagro porque su pie quedó aprisionado entre los pedales, dentro de la cabina y encajado en la primitiva jaula antivuelco que había diseñado su hermano Toto.
Óscar Gálvez, quien venía 100 metros detrás, advirtió el accidente, pero se salió de la ruta por la cuneta opuesta. El 'Aguilucho' paró a ayudar a Fangio, para que pueda abandonar el Chevrolet. Una vez cumplimentada esa tarea, el otrora multicampeón del TC siguió la competencia, tras reparar una rueda reventada.
Finalmente, el juninense Eusebio Marcilla se detuvo y llevó a los heridos al hospital de Chicama, aunque luego concretó un verdadero 'carrerón' para terminar segundo en Caracas, detrás del ganador Domingo Marimón.
Fangio quedó herido en el rostro y las piernas, siendo cuidado por Manuel Montes (piloto de Chevrolet). Urrutia no tuvo tanta suerte: ingresó con fractura de cráneo y falleció en el citado centro asistencial.
El segundo accidente se dio años después en Italia. "Llegué al autódromo (Monza) a las 14; a las 14.30 estaba corriendo y a las 15 estaba en el hospital", resumió Fangio en su percance en la curva de Lesmo del tradicional autódromo italiano, mientras corría para la Fórmula 2 un domingo 8 de junio de 1952
"Suerte que tenía el casco", reveló Fangio en su lecho del hospital. Todo ocurrió porque el balcarceño había pasado un ajetreado fin de semana, ya que un día antes compitió en Belfast, con una unidad BRM.
La competencia no otorgaba puntos. El argentino tenía previsto viajar en avión hacia Italia, desde París. Pero un inconveniente en conexiones aéreas hicieron desistir de ese plan y tuvo que manejar 900 kilómetros para llegar a Monza
"Cometí una inconsciencia, porque jamás hay que manejar cansado", repetía sistemáticamente el quíntuple campeón de la Fórmula 1.
Los testigos presenciales del accidente revelaron que Fangio salió despedido "como 20 metros del auto" y fue conducido al centro asistencial "en un camión antes de que llegara una ambulancia porque no podía esperarse tanto tiempo".
El "Chueco" fue acostado en una cama; se le puso una pesa para traccionar las vértebras cervicales y fue dejado así, boca arriba, durante seis días, hasta que finalmente le pudieron sacar una radiografía.
Cuando los médicos hicieron las placas descubrieron que el balcarceño acusaba, todavía, una lesión de aquel primer accidente en la Buenos Aires-Caracas casi cuatro años antes. (Télam)
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