La inclusion de Mara Gomez, el golazo de un año con vaivenes

La noticia del año en materia de género e inclusión, sin dudas, pasó por la habilitación que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) le concedió a la delantera Mara Gómez de Villa San Carlos, primera jugadora trans profesional del país.
La futbolista, de 23 años, luchó desde enero pasado para ser parte del equipo que se desempeña en la Primera División femenina, aunque debió esperar "más de lo pensado" por la pandemia, como le relató a Télam en una nota en junio, ya que recién debutó oficialmente el lunes 7 de diciembre en la derrota de su equipo ante Lanús por la segunda fecha.
Mara y la AFA, con Claudio Tapia a la cabeza, firmaron un convenio en marzo cuando se acercaron las partes para la habilitación, luego postergada por el coronavirus y la cancelación de las temporadas del fútbol nacional. "Le estoy muy agradecida a Tapia porque siempre me acompañó", le contó Gómez a Télam tras su debut.
La trayectoria de Gómez estuvo respaldada por pasos en equipos de la Liga Amateur Platense. Allí jugó en Asociación Iris, Uocra y AFI Las Malvinas, donde fue bicampeona (Clausura y Apertura 2019) y máxima goleadora (15 y 18 tantos, respectivamente).
Su talento, pero sobre todo su capacidad de lucha, le abrió la puerta en un mundo donde la lectura biologicista y machista son la norma. Ella rompió un paradigma, le allanó el camino a un montón de personas trans que todavía no se animan, por falta de oportunidades, herramientas y la constante discriminación, a pedir la pelota y encarar.
La exintegrante de la Selección Platense de Fútbol Femenino debutó en la segunda fecha del torneo de Primera División y así Argentina se convirtió en el primer país del mundo en admitir a una futbolista trans en su liga femenina.
De hecho, en el caso de ser convocada al seleccionado argentino o si un día la adquiere un club que jugase la Copa Libertadores de América, Mara requerirá el visto bueno de la FIFA y de la Conmebol, respectivamente.
Este avance en materia de género chocó de frente con las vicisitudes que debieron sortear sus colegas, como el partido cancelado entre San Lorenzo y Estudiantes el primero de este mes, por un supuesto corte de luz en la cancha de Ferro, que no quedó demostrado, ni tampoco del todo aclarado.
La suspensión de este encuentro derivó en el lógico enojo de las jugadoras, que se hicieron visibles y manifiestas en la voz de la capitana del "Pincha", Giovanna Dell'Osso, apenas minutos después.
"Mis sensaciones fueron de amargura, enojo y sobre todo tristeza, porque hacemos un gran esfuerzo como disciplina, no vivimos solo de esto cada una de nosotras tiene su trabajo paralelo, familias y para que esto funcione se requiere mucho trabajo, dedicación, sobre todo organización y tiempo, estuvimos esperando ocho meses, trabajando duro", remarcó la figura de Estudiantes de La Plata.
Es que si bien se avanzó en materias contractuales y la AFA mantuvo el ingreso mínimo mientras se frenó la actividad, tras algunas idas y vueltas con el departamento que encabeza Jorge Barrios (Estudiantes de Buenos Aires), aún queda mucho por hacer para conseguir una mínima igualdad de condiciones entre el femenino y el masculino.
Sin embargo, el fútbol no fue la excepción en marchas y contramarchas en cuestiones de género. El básquetbol lo acompañó desde el no inicio de la Liga Femenina en marzo, la cancelación de compromisos del seleccionado nacional -que casi llevó a la pérdida de las becas otorgadas por el Cenard- y un conflicto con Las Gigantes a mediados de año.
Las chicas encabezaron una protesta pública por la no realización de la Liga Femenina, por la que muchas jugadores renunciaron a sus trabajos, y que tampoco regresó con la Liga Nacional masculina en noviembre y no tiene un horizonte cercano, en uno de los retrocesos más grandes para el básquetbol.
Además, pidieron un proyecto serio y un cuerpo técnico, que llevó a Gregorio Martínez el 31 de julio a ese puesto luego de pasar por Obras Basket -club que maneja el presidente de la CABB, Fabián Borro- en el masculino y Unión Florida en el femenino.
En relación al fútbol, la denuncia de violencia de género por parte de la pareja de Sebastián Villa (Boca), indultado luego de dos meses sin ser tenido en cuenta, dejó de manifiesto que la condena a la violencia machista está lejos de ser tal.
El delantero colombiano se perdió algunos amistosos y otros partidos iniciales de la Copa Libertadores, pero ya es un hombre clave del once inicial de Miguel Russo. ¿Dónde quedaron las promesas de campaña de Jorge Amor Ameal a las feministas que lo acompañaron?. Lejos estuvo Boca de ser un club inclusivo.
Lo mismo sucedió con Jonathan Cristaldo en Racing, que si bien por su nivel deportivo no es un futbolista importante, pasó la restricción perimetral dictaminada por la Justicia y por la dilatación de su causa, hay riesgo de archivo. El atacante se entrena con normalidad, se pasea como si nada hubiera sucedido y es tenido en cuenta por Sebastián Beccacece.
En contraste, Vélez le aplicó el protocolo de género al jugador Miguel Brizuela, separado y puesto a disposición de la Justicia, como relató el comunicado en junio. (Télam)